Dime qué carrera estudias y te dirá cuántas asignaturas suspenderás, reza un dicho que circula en ámbitos académicos. La realidad es que, año tras año, los ingenieros lideran el ranking de bajo rendimiento académico, tasas de abandono y cuentan con los registros más bajos de graduación. Así lo atestigua el informe "La Universidad española en cifras" que presentaba hace escasas fechas la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) correspondiente al curso académico 2016-17, el último del que existen datos oficiales. En el caso de Asturias esa realidad se hace aún más dura al contabilizar la tasa de abandono más elevada en el conjunto del país en la rama de ingeniería durante los dos primeros años. Cuatro de cada diez matriculados en el curso 2014-15 en alguno de las carreteras técnicas que se imparten en la Universidad de Oviedo -una mayoría aglutinadas en torno al campus gijonés- habían dejado los estudios al cumplirse dos años.

La tasa de abandono en las ingenierías en el Principado es del 42% cuando la media del conjunto del país, en las universidades presenciales, es del 25,5%.

También pinchan los ingenieros en la tasa de graduación, esto es, los que acaban en el plazo previsto sus estudios. Lo logró un 27,15% frente al 31,18%, de media, en el conjunto de España. Lo mejores en este caso son los estudiantes riojanos, aragoneses y catalanes que obtienen una tasa de graduación del 46,27%, 38,21% y 35,23%, respectivamente.

Más satisfactorios son los resultados en la rama de Ciencias de la Salud donde los alumnos aprueban casi en pleno las asignaturas, curso por curso. ¿La razón? Argumentan varios especialistas que las titulaciones de Ciencias de la Salud son altamente vocacionales mientras que a las disciplinas técnicas llegan muchos alumnos motivados por las salidas laborales aunque no tan convencidos como los sanitarios de la opción elegida. A la espera del último informe de rendimiento que presentará el Consejo Social de la Universidad asturiana la próxima primavera, los datos de la CRUE revelan que existe un cierto desajuste entre los perfiles más demandados en el mercado laboral y los resultados académicos obtenidos por esos profesionales.

Base matemática

La tasa de éxito satisfactoria (el número de créditos aprobados por el total de matriculados) en la rama sanitaria es tendencia general en toda la Universidad española. Y ahí, el Principado incluso mejora la media nacional. Aprueban curso por curso el 95,43% de sus estudiantes de Ciencias de la Salud, superando en dos puntos la media del país. La diferencia respecto a las carreras técnicas, explican desde la institución académica, es que las ingenierías requieren de una importante base matemática: si el alumno llega justo en esa materia es difícil que culmine los estudios con éxito. Se da, además, una mayor fluctuación de alumnos puesto que, quienes abandonan no es que dejen la Universidad, si no que, en ocasiones, prueban suerte en otros grados de la misma rama, algo que no sucede tanto en Ciencias de la Salud. Los datos demuestran, asimismo, que los universitarios que accedieron a titulaciones con mayor nota de corte son los que alcanzan también un mayor porcentaje de créditos aprobados.