Con dos carreras universitarias, profesional reputado en su país y actualmente residente en el Albergue Covadonga. El colombiano Jhon Freddy Díaz está viviendo desde hace semanas su particular infierno, reflejo del que viven muchos de sus compatriotas en su país, obligados a huir para "poner la vida a salvo".

Jhon Freddy lleva cuatro meses en Gijón, "los primeros en una habitación de alquiler, pero el dinero se acaba". Llegó a España huyendo de "amenazas contra mi persona y mi familia", y por ellos sufre ahora, porque "mi deseo es traerlos y necesito ayuda", relata emocionado al recordar a su esposa, a sus dos hijas de ocho y quince años y a sus padres.

Todo comenzó con la detención de su hermano, consumidor de estupefacientes, al que la Fiscalía y la Policía Judicial trataron de involucrar en un homicidio en un distrito marcado por la ley de las bandas criminales. Jhon Freddy, comunicador social con larga carrera a sus espaldas como jefe de prensa de diferentes entidades públicas, animador cultural y hasta director de una casa de la cultura, inició entonces una investigación periodística de la mano del Defensor del Pueblo en su país y logró demostrar que "Fiscalía y Policía trabajaban con testigos falsos".

Las conclusiones de dicha investigación llevaron a que "empezara a recibir pasquines amenazantes por debajo de la puerta" o que dos individuos en moto encapuchados lo amenazaran con silenciarle. Fue lo que le hizo huir a España en busca de asilo, toda vez que en Colombia "corro peligro, allí también era activista social, y eso sumado a ser periodista es un riesgo que corre allí mucha gente".

Está a la espera de poder solucionar su estancia en España, pero mientras tanto, pide "conciencia y sensibilidad" hacia lo que está ocurriendo en países como el suyo. "Cualquiera de nosotros puede acabar siendo una víctima", resume.