El gijonés de 59 años procesado por abusar sexualmente y de forma continuada de la hija de su sobrina, de ocho años, defendió ayer su inocencia durante la vista oral, celebrada en la sección octava de la Audiencia Provincial a puerta cerrada. El acusado, que estuvo arropado por varios miembros de su familia antes de entrar en la sala, negó los abusos sexuales y restó credibilidad a los cargos. Es por ello que su defensa solicitó la libre absolución.

Por su parte, la acusación particular, que ejerce la familia de la menor, va un paso más adelante que el ministerio fiscal -solicita una pena de doce años de cárcel- y eleva su petición de prisión hasta los 15 años. Ayer, elevaron a definitivas sus conclusiones, que incluye la pretensión de condenar al acusado a otros diez años de libertad vigilada y otros 15 años de alejamiento y prohibición de comunicarse con la víctima. En estos dos últimos puntos coincide con la solicitud de la Fiscalía.

Este gijonés, presuntamente, se aprovechaba de que la menor, que ayer declaró tras un biombo, visitaba su casa para jugar o hacer los deberes con sus hijas. Según la Fiscalía, mantuvo relaciones sexuales completas con la menor en 2012, cuando la niña tenía ocho años. Al menos se repitió en una ocasión, en torno a 2015 y 2016, cuando contaba con 12 años. Fue el 14 de agosto de 2017 cuando la presunta víctima de estos hechos informó a su madre y a la pareja de ésta de lo que ocurría.