La ceremonia en el tanatorio de Cabueñes fue tan breve y sencilla como parece que dejó dispuesto Isaac del Rivero: palabras respiradas de Ignacio Simón, algunos versos espigados de aquí y de allá, un minuto de silencio y aquella canción de añoranzas, "Paxarinos", que Víctor Manuel cantaba a finales de los años sesenta. El que fuera pionero del cómic asturiano, además de fundador del certamen que está en el origen del Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX deseó una despedida así: sin poner el énfasis en la hoja de servicios y los galones culturales, sin subrayados en el renglón de los triunfos y las derrotas. Una celebración de cuerpo presente, sin atavíos en el féretro. Una reunión de familiares, amigos y admiradores antes de ser ceniza en el viento de los días.

"Paxarinos" es una canción que le gustaba mucho al fallecido artista, según ha recordado su hijo Isaac M. Rivero, también historietista. Quizás porque en la letra hay una evocación de la "grandeza" de los montes, ríos y valles asturianos. Y es que las mejores historias gráficas de quien fuera también un pulcro y cuidadoso descubridor del talento ajeno, según recordó ayer el editor y escritor Antón García, beben directamente de la mejor literatura y paisanaje del Principado: de Jovellanos a Clarín, pasando por Armando Palacio Valdés. Regentas y aldeas perdidas. Luchas y fracasos, como canta el de Mieres.

Un poco la materia misma con la que Isaac del Rivero, fallecido en la madrugada del pasado martes a los 87 años como consecuencia de la enfermedad de Alzheimer, fue capaz de hacerse un perfil en el que destella una obra gráfica de indudable calidad, una fecunda labor de apostolado entre las jóvenes generaciones de aficionados al cómic y aquel certamen cinematográfico para la infancia y la juventud que inventó en 1963. Una cita que dirigió durante casi dos décadas, hasta que se descabalgó o lo descabalgaron, y que nadie hoy deja de ver como la matriz del actual y prestigioso Festival Internacional de Cine de Gijón.

Convino ayer el vicenconsejero de Cultura del Principado en que, tal vez, no se trató siempre a Isaac del Rivero con el respeto y la jerarquía que sus trabajos merecían. Vicente Domínguez se acercó a Cabueñes para expresar sus condolencias a la familia del artista: "Es una referencia cultural sin ninguna discusión, y no sólo por el Festival de Cine o el Salón del Cómic, y ha dejado un gran legado, también en sus hijos". Y más: "Efectivamente, hay tal vez una injusticia con su figura, como la hay por ejemplo con la de Gil Parrondo (el valdesano fallecido en 2016 que llegó a ganar dos Óscar); sí, quizás hayamos sido poco amables con Isaac del Rivero".

Próximos homenajes

El Ayuntamiento de Gijón empezó a poner hace siete años el foco sobre la figura del artista y emprendedor, recluida durante demasiado tiempo en una inmerecida zona de sombra. Coincidió con las celebraciones del medio siglo del FICX. Y se le dio la Medalla de Plata de la ciudad. La Biblioteca Pública Jovellanos organizó a su vez, en junio de 2015, la enjundiosa muestra "Laberinto de viñetas". Fue un recorrido por tres décadas de creación gráfica. El escritor y político asturianista Xuan Xosé Sánchez Vicente escribía ayer un tuit hablando precisamente de les "zancanielles inxustes" que, a su juicio, sufrió Isaac del Rivero. La lucha y los fracasos, sí, que están en la canción de Víctor Manuel.

Habrá próximos homenajes. El FICX le recordará este sábado. Y la directora de la Fundación Municipal de Cultura de Gijón, Raquel Huergo, expresó ayer en Cabueñes su voluntad de recuperar la idea de montar una gran exposición con obra original del artista.

Antón García, acompañado por Pedro de Silva, hizo un retrato de Isaac del Rivero. Juntos participaron en la revista "El Gomeru, entre otras iniciativas editoriales: "Un tipo genial, extraordinariamente generoso y muy meticuloso tanto con la obra propia como con la ajena; y capaz de reunir en torno a su persona a la vieja y a la nueva guardia del cómic". Una opinión, esta última, en la que han insistido autores como Ángel de la Calle y otros.

La vieja sabiduría tiene a las aves por mensajeras simbólicas. También lo son las canciones.