Un arquitecto y un técnico enviados por el Ministerio de Trabajo inspeccionaron ayer el estado en el que se encuentra el salón de actos de la Casa Sindical. Esta visita permitirá al Ministerio elaborar el proyecto para su rehabilitación y el presupuesto. Ambos técnicos estuvieron acompañados por el líder histórico del sindicato CSI, Juan Manuel Martínez Morala y por su actual secretario general, Ignacio Fuster.

La impresión de ambos técnicos tras esta primera visita es que se podrán conservar la mayoría de las cerca de 600 butacas que hay entre la planta baja y la que está en el altillo del salón de actos, si bien habrá que retirar las primeras filas de la planta baja por motivos de seguridad, dado que obstaculizan la evacuación del local por la puerta de emergencia que lo une con la calle de Sanz Crespo y en la que habrá que habilitar una rampa por cuestiones de accesibilidad.

En cuanto al tejando, al que se encaramaron ambos sindicalistas junto con el arquitecto, la actuación se limitará previsiblemente a la limpieza de canalones y a un tratamiento aislante de la cubierta de uralita para evitar que se desprendan filamentos de amianto, material potencialmente cancerígeno si se inhala.

Otra de las actuaciones que previsiblemente se tendrán que acometer es el reforzamiento de la escayola del techo del local, cuyas ripias están apolilladas.

La obra, una vez que esté contratada, se tardará en ejecutar unos tres meses. La CSI podría celebrar ahí un congreso el próximo mes de junio en el caso de que estuviera concluida para entonces, algo que parece difícil por los plazos que manejan los técnicos que inspeccionaron ayer durante hora y media el salón de actos de la Casa Sindical.

El salón sigue ocupado parcialmente por enseres del Colectivo de Parados y Precarios, que el pasado lunes visitaron con responsables municipales dos locales en el Polígono de Pumarín, si bien siguen buscando alternativas para trasladar ese material.