Las fiestas de prau que se celebren en recintos vallados y cuyo aforo supere las 350 personas tendrán que contar con un servicio de seguridad contratado, quedando exentas de esta obligación aquellas que se celebren en recintos abiertos. Además, los organizadores tendrán que disponer de un plan de emergencias firmado por un técnico.

Estas son algunas de las medidas que el concejal de Festejos del Ayuntamiento de Gijón, Jesús Martínez Salvador, expuso a las asociaciones vecinales de la ciudad, en una reunión celebrada el pasado lunes. Desde el Consistorio, se procederá a elaborar un modelo de solicitud de celebración de fiestas de barrios y parroquias para facilitar a los dirigentes vecinales su tramitación.

No obstante, avisan desde el Ayuntamiento, estas solicitudes, con toda la documentación que llevan aparejadas, deberán presentarse ante el departamento de Licencias del Consistorio antes de que finalice el mes de febrero y siempre tres meses antes de que den comienzo los festejos.

Entre la documentación requerida, además de la nombrada, se incluye el permiso de ocupación del espacio público o la autorización del propietario del terreno, una descripción del programa de las fiestas con un plano a escala del lugar donde se van a celebrar, el seguro de responsabilidad civil pertinente o un acta firmada por un técnico en el que se asegure que no se va a deteriorar el terreno, entre otros.

Además, se deberá adjuntar un oficio de un técnico responsabilizándose de que se van a cumplir todas las medidas de seguridad tanto durante la fiesta como en el montaje y desmontaje de la misma y certificados del organismo de control acreditado de cada montaje -una suerte de ITV que han de pasar instalaciones tales como escenarios o carruseles-. A ello se suma la petición de exención de la ordenanza municipal de ruidos con el correspondiente estudio acústico.