Xoel López García (A Coruña, 1977) lleva más de dos décadas convirtiendo en musas las meigas de su Galicia natal. Fruto de ello, una extensa carrera en el mundo de la canción, con catorce álbumes a sus espaldas, dos grupos, un alter ego e incluso un precoz paso por "Lluvia de estrellas" para convertirse en Beatle. El próximo 22 de febrero (21.30 horas, Sala Albéniz) volverá a reencontrarse con su público gijonés, dentro del ciclo Escenarios Mahou.

-Decía en sus redes sociales que tenía ganas de volver a Asturias.

-Sí, unas ganas tremendas. Es una tierra querida, vecina y que considero mi casa. Asturias es uno de los primeros sitios en los que yo fui a tocar, mis primeros bolos. Hace demasiado que no voy. Cuando anunciamos la fecha fue un "por fin".

-¿Qué va a poder disfrutar su público en Gijón?

-La gente va a poder sentir esa energía y esas ganas que tenemos. Va a ser en formato trío, que estamos llevándolo a muchos teatros de España. Vamos a hacer un repaso por todo mi repertorio, desde "Sueños y pan" a canciones incluso de la época de "Deluxe". Es un formato más abierto, permite tocar canciones que con la banda no tocamos. Es un concierto más íntimo, hablo mucho más, explico alguna anécdota, coñas, curiosidades.

-¿Qué ha cambiado en Xoel López desde aquellos primeros conciertos en Asturias?

-Cuando llegué la primera vez no tenía ni álbum, solo tenía 17 años y vine con mi grupo de entonces, "The Elephant". Antes había grabado en Gijón mi primer EP, con un grupo anterior, "The Covers". Era una época en que Gijón era muy efervescente en la movida musical del momento, grabar aquí era algo alucinante. Llegué incluso a tocar en el "Euro-Yeyé", en mi época mod. Por el medio pasaron muchas cosas, una carrera entera. Ahora estoy más para hacer una recopilación, después de 14 discos, igual es el momento de echar la vista atrás.

-¿Por qué dejar el alter ego de "Deluxe" y comenzar a ser Xoel López?

-Convergieron varias razones. La primera, geográfica. Me fui a vivir a Argentina y preveía que iba a haber un cambio estilístico. También me lo pedía el cuerpo, tenía ganas y pensé que era el momento. El pseudónimo me pareció, en un momento dado, algo absurdo: ya no me lo creía, no lo necesitaba, no lo sentía. Lo elegí cuando empecé y fue mi proyecto durante muchos años, pero fue perdiendo fuerza. Lo que no me atreví a hacer en su momento, que fue poner mi nombre, me atreví a hacerlo con una edad y sin ninguna duda.

-¿Qué es más importante para el Xoel López cantante, esa época en Sudamérica o Galicia?

-Es curioso, cuanto más me he ido alejando de mi tierra, más me he ido acercando a ella, como si la distancia me llevara a buscar esa cercanía. Los viajes por América Latina me hicieron reencontrarme con mi origen y de allí salió algo que tenía que convertirse en canciones. La emigración a América fue muy bestia y, con la vuelta de los indianos, vuelve con ellos gran parte de aquella cultura, en forma de música de verbena, en las fiestas de los pueblos. Siempre digo que la música tradicional de Galicia es el folclore gallego pero también la música latina. Mis padres, cuando yo era pequeño, cantando con los amigos, entonaban rancheras, boleros, tangos y luego bailaban merengue o salsa. Y al mismo tiempo cantaban una canción en galego y todo fusionaba. Es algo que casa muy bien. Cuando me fui a América, iba con esa idea mítica del emigrante: buscar una nueva vida, otros mundos, una aventura u oportunidades. He cumplido un poco con ello.

-¿Puede haber sueños sin pan?

-Soñar se puede, pero para que los sueños se puedan cumplir, hace falta tener ciertas necesidades cubiertas. No se puede vivir solo de soñar. Por eso ese binomio, ese equilibrio, es mi ying-yang vital. Siempre pensé que el dedicarme a la música era un sueño muy difícil de cumplir. Al final sucedió, pero para ello tuve que trabajar mucho. Tuve que hacer mucho pan en el horno, plantar muchas semillas, regar mucho, recoger las espigas para que eso sucediera. Por eso el título, que viene a decir: "sueña, pero alcanza tus sueños a base de trabajo, lucha por ellos porque no caen del cielo, vete a por ellos".

-¿De quién bebe Xoel López?

-De tantas y tantas cosas. Bebo de un caldo gallego donde la patata, el grelo, las habas, el chorizo y la costilla está ya muy diluido. Aquello que dicen de que al día siguiente está más rico. Quiero pensar que cuando se diluyen, se juntan, y forman un todo, es cuando está en su mejor punto. Puedo hablar de Bob Dylan, de la música brasileña, la música africana, The Beatles o los folclores, pero ya todo está diluido y se abraza entre sí.

-¿Hacia dónde va su futuro?

-Aún me queda "Sueños y pan" para rato. También tengo proyectos, ideas, alguna canción, ganas de sacar algo dentro de unos meses. Pero creo que todo apunta a que pueda venir un momento de recopilación, no sé si en forma de concierto o disco de estudio. Quiero hacer una reflexión, mirar atrás, reunir toda mi obra, que está bastante desperdigada en tiempo y espacio, con nombres diferentes. Puede ser momento de hacer algo que aúne. Me lo pide el cuerpo.

-¿El panorama político actual da para una canción o para un disco?

-La política está en todo lo que escribes, en cómo te relacionas con el mundo. En cualquier cosa que hagas, estás siendo político. La política de partidos es otra diferente. No me gustaría hacer un disco sobre políticos españoles, me parecería aburrido. Otra cosa es la ideología, que es inevitable incluirla en todo lo que haces. Es más bonito hablar de la esencia de la política, pero sin decir la palabra, evitando lo explícito. Me gusta el arte que insinúe, no que deje ver. La política actual es más compleja, un reflejo de la sociedad, con más partidos, y no me parece malo. Otra cosa es la irrupción de la ultra derecha, que no me gusta. Hay muchas opciones que representan mejor la forma de pensar de la gente, sin llegar a conseguirlo nunca por completo, porque es imposible.