"Le vi que se estaba ahogando y no lo pensé, me fui corriendo hacia él e hice lo que tenía que hacer; afortunadamente todo salió bien". Así recordaba el conductor de Emtusa Raúl Ron su rápida intervención de ayer, cuando logró salvarle la vida a un adolescente que se había atragantado con un regaliz gracias a la maniobra de Heimlich. "Es una maniobra sencilla que todo el mundo debería conocer porque salva vidas", explicó a este periódico esta mañana.

Raúl Ron, que lleva tres años y medio como conductor de autobuses en la empresa municipal Emtusa, realizaba el recorrido de la línea 15. Al salir de la para de la Carbayera de Roces, en la carretera del Obispo, comenzó a escuchar un fuerte jadeo de uno de sus viajeros. "Lo primero que pensé fue que era una broma, porque los jóvenes suelen ir haciendo bromas en el autobús, pero el sonido gutural era muy real y miré por el espejo; le vi de pie con cara de miedo y eché el freno de mano para irme corriendo", relata Raúl Ron, de 37 años.

¿Cómo actuó el conductor? Cogió al joven y lo puso en el pasillo, se colocó detrás de él y le apretó dos veces en el abdomen. "Fue el propio chico quien me dijo, para, para, que ya puedo respirar", recuerda Raúl Ron, que asegura que aprendió a realizar la maniobra de Heimlich gracias a un curso de formación en riesgos laborales y primeros auxilios que la plantilla de Emtusa recibió el pasado año 2018.

El incidente, que gracias a la intervención de Raúl Ron quedó en un susto, ocurrió en torno a las ocho de la tarde. Uno de los pasajeros que viajaban a bordo, un niño de 15 años que volvía con sus amigos del entrenamiento diario de los campos de la Federación de Roces, sufrió un atragantamiento con un regaliz. La intervención del chófer fue primordial para salvarle la vida.

"El niño estaba ya morado; el conductor lo cogió por el estómago y tiró de él hacia delante", recordó uno de los testigos de la escena que generó un gran revuelo en el autobús. "Pensamos que se quedaba allí", declaró la abuela de uno de los pequeños que viajaba en la misma línea.

Cinco muertes al día por atragantamiento en España

Cada día mueren cinco personas por atragantamiento en España. En esos casos, la maniobra de Heimlich puede ayudar a salvar vidas. Los pasos a seguir para ayudar a una persona atragantada son: animar a la víctima a toser dándole palmadas y si esto no funciona recurrir a la maniobra de Heimlich, que fue la que practicó el conductor del autobús gijonés al pequeño, tras detener el vehículo frente al parque de Bomberos. "Lo que hizo fue muy gordo, salvó al niño", aseguró una de los testigos mientras "todo el autobús permanecía revolucionado". Los niños regresaron a casa "con un gran susto en el cuerpo". Quienes presenciaron el incidente explicaron que el pequeño estaba "muy asustado y todo morado" cuando intervino el chófer de Emtusa.