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El análisis de la situación ambiental en el municipio

El estudio del impacto de la contaminación en embarazadas, suspendido por falta de fondos

El proyecto quedó paralizado en octubre, tras haber recogido datos de 87 gestantes en el primero de los cuatro años que tendría que haber durado

El estudio del impacto de la contaminación en embarazadas, suspendido por falta de fondos

El estudio epidemiológico sobre la repercusión de la contaminación en la salud de los niños de Gijón, fruto de un convenio entre el Ayuntamiento y la Universidad de Oviedo, en colaboración con el Instituto de Salud Carlos III, quedó paralizado el pasado mes de octubre por falta de la aportación financiera comprometida por el consistorio gijonés. El convenio preveía cuatro años de trabajo para relacionar la incidencia de enfermedades en los menores con su nivel de exposición a la contaminación atmosférica desde antes de que naciera, mediante seguimientos a las madres y posteriormente de ellos mismos durante sus dos primeros años de vida.

La reanudación de la investigación requeriría de una aportación anual de poco más de 100.000 euros por parte del Ayuntamiento de Gijón, que se encuentra en una situación de prórroga presupuestaria. Esos fondos incluyen las nóminas de los dos técnicos de laboratorio que corresponde pagar al Ayuntamiento, junto al material de laboratorio.

Todo ese estudio quedó en suspenso tras el primer año de trabajo de campo en el que los dos técnicos de laboratorio habían realizado la primera fase de la recogida de datos de 87 de las 500 embarazadas que iban a participar en esa investigación de forma voluntaria. Estas, junto a otras mujeres, fueron captadas en las unidades de ginecología de los hospitales de Jove y de Cabueñes.

El recurrir a ambos centros sanitarios se debe a que la investigación que ha quedado en suspenso no se ciñe a la zona oeste de Gijón, la más castigada por la polución ambiental, sino a todo Gijón.

El ejemplo de Avilés

El estudio que se ha paralizado en Gijón es el mismo que desde el año 2004 se viene realizando en la comarca de Avilés sobre la salud respiratoria, que está siguiendo la evolución de los niños participantes hasta los 12 años de edad. Este y otros estudios que se han realizado en otros puntos de España ha permitido concluir que la contaminación hace que los niños nazcan con menos peso, sufran asma y tengan una mayor propensión a infecciones respiratorias en las vías bajas en los primeros 18 meses de vida.

La investigación que se ha suspendido en Gijón incluye mediciones de los niveles de contaminación de las embarazadas en sus lugares de residencia y trabajo. Para mayor precisión, las voluntarias llevan fuera del domicilio un dispositivo portátil para recoger los niveles de contaminación del aire. También se recoge información sobre su estilo de vida, condiciones de la casa y la existencia o no de diversos factores de riesgo durante el embarazo. También contempla la toma periódica de muestras de sangre, orina y pelo para detectar contaminantes mediante su análisis, además de ecografías. Tras el nacimiento, se hacen controles a los niños. Todos esos datos de las 87 embarazadas citadas ya se habían recogido y faltaba hacer el seguimiento.

Los contaminantes analizados en esta investigación son el óxido de nitrógeno, las partículas PM 10 y PM 2,5, el ozono y el benceno.

Aunque el estudio no prevé la selección de las mujeres en función de su lugar de residencia, sino que se hace de forma aleatoria, de llegar a completarse, permitiría obtener resultados en función de la cercanía de las familias a los principales focos contaminantes del concejo, algo relevante en el caso de la zona oeste de Gijón, la más castigada por la polución industrial, y para otros puntos de la ciudad con alta incidencia del tráfico rodado.

Los resultados que se obtuvieron con el mismo estudio en la comarca de Avilés, ya permitieron relacionar la incidencia de determinadas dolencias respiratorias con la residencia de las familias cerca de un foco contaminante.

El convenio que ha quedado en suspenso fue aprobado por la junta de gobierno del Ayuntamiento de Gijón el 31 de octubre de 2017 y es una de las medidas previstas en los planes del aire.

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