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Una gijonesa, condenada tras denunciar falsamente a su marido hasta seis veces

La mujer, que cobra un subsidio como víctima de violencia de género, deberá indemnizar a su expareja con 1.000 euros por daños morales

Una gijonesa, condenada tras denunciar falsamente a su marido hasta seis veces

Una gijonesa que llegó a denunciar hasta en seis ocasiones a su expareja por malos tratos y quebrantamiento de condena -de todas ellas salió absuelto- confesó la pasada semana ante el juez que se había inventado las acusaciones y que su denuncia era falsa. Lo hizo en la vista oral celebrada en el Juzgado de lo Penal número 1 de Gijón y allí aceptó una pena de 1.800 euros de multa y del pago de 1.000 euros en concepto de daños morales al que fue su pareja sentimental. Una cuantía que irá abonando de forma fraccionada.

La ahora condenada, que responde a las iniciales N. M. G. y tiene 42 años, comenzó su periplo judicial contra su expareja en octubre de 2016, cuando rompieron la relación. Tras un altercado entre ambos, en un juicio rápido, el hombre aceptó la pena de dos delitos de maltrato doméstico por los que le impusieron 50 días de trabajos en beneficio de la comunidad así como una orden de alejamiento que tiene vigencia hasta mayo de 2019. A partir de ahí, se sucedieron las denuncias contra él por presuntos quebrantamientos de condena. Seis en total.

La mujer, que cobra un subsidio de desempleo derivado de ser víctima de violencia de género, comenzó denunciando que su exmarido la perseguía con mirada desafiante por aquellos lugares que ella solía frecuentar, como una cafetería o una tienda de tatuajes, entre otros emplazamientos. Nada se demostró.

En otra de sus acusaciones, incluso, llegó a asegurar que habían aparecido huevos, botellas de cristal y colillas escondidas en la persiana de su casa y que, en consecuencia, él había entrado al domicilio para poder ponerlo todo allí, incumpliendo la orden de alejamiento. No obstante, tras investigarse la denuncia se archivaron todas las diligencias abiertas contra él.

El siguiente envite de N. M. G. llegó en el mes de enero de 2017. En esa ocasión, y en base a la orden de alejamiento vigente, la mujer aseguró que en su buzón de casa había aparecido una fotografía de un hombre vestido con ropa de kárate, deporte que el marido practicaba con frecuencia. Esa foto, según ella, había sido su marido quien la había dejado allí. Nuevo archivo de la causa en cuestión.

Poco después, N. M. G. aportó una grabación telefónica en la que, con la voz distorsionada, se escuchaba a alguien decir "te voy a matar por pedirme el divorcio, tía peste", que también le atribuyó al hombre. Una vez más, se dio carpetazo judicial al asunto.

Ideación paranoide

En abril de 2017 nueva causa: una nota manuscrita que supuestamente le había dejado su exmarido en el buzón de casa. Una prueba caligráfica no pudo concluir que la letra fuese de su expareja y, de nuevo, se dictó el sobreseimiento de las diligencias. No obstante, a raíz de ese último caso, la magistrada ordenó que una psicóloga judicial examinase a N. M. G.. El informe fue determinante: "Exhibe un discurso inestructurado, genérico, sin orden cronológico, inconsistente y ausente de contextualización; se centra en los efectos sin aludir a los hechos y puntualmente exhibe ideación paranoide".

Pese al informe médico hubo un nuevo caso. Denunció a su expareja tras asegurar que se lo había encontrado en el supermercado y que él le había dicho "no te voy a dar el divorcio, aparecerás muerta". Ese caso sí llegó a juicio, de hecho, N. M. G. aprovechó para alertar a los medios de comunicación, a las puertas del juzgado, relatando que su maltratador seguía en la calle. Pero una vez más el hombre salió absuelto de todos los cargos.

Daños morales

Daños moralesEn ese juicio, de hecho, la Fiscalía retiró todos los cargos contra el marido. Lo hizo después de escuchar durante la vista oral a los testigos que ella presentó y a las pruebas obrantes en la causa. Es más, en la misma sala, el fiscal solicitó la libre absolución del procesado y pidió la apertura de diligencias contra ella por denuncia falsa.

La pasada semana, N. M. G. acudió como acusada y reconoció los cargos que existían contra ella por lo que se le impuso una condena de 1.800 euros, otros 1.000 euros en concepto de responsabilidad civil y el pago de las costas del procedimiento por un delito de denuncia falsa.

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