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LOLA MORENO FERNÁNDEZ | Presidenta de la Fundación Amigos del Perro del Principado de Asturias, que gestiona el albergue de Serín

"Hemos pasado de ver a perros y gatos como parte del paisaje a encerrarlos en guetos"

"La sociedad empezó a aislar el maltrato infantil, luego el de las mujeres y ahora vamos consiguiendo paso a paso un mundo más justo con los animales"

LAURA CARADUJE Lola Moreno Fernández.

El Ayuntamiento de Gijón ha sacado a concurso la licitación para la explotación del albergue municipal de Serín, que desde junio de 2016 gestiona la fundación Amigos del Perro, cuya presidenta es Lola Moreno Fernández. El complejo municipal recogió el año pasado de las calles 931 animales, especialmente perros -una media de 2,5 al día-, y cerró 2018 con 242 canes y 60 gatos en sus instalaciones.

- Hay mayor concienciación con los derechos de los animales, pero las cifras de abandono siguen siendo altas. ¿Por qué?

-Lo sociedad no asume que el abandono es otra forma de maltrato. Si bien la sociedad, en general, está mucho más concienciada, los irresponsables son los que más destacan, no por su número sino porque siempre es así. La conciencia social va limitando el número de indiferentes, y ese es el camino para conseguir la condena moral y el cambio legislativo que permita reducir las cifras de abandono.

- ¿Hay protocolos contra el abandono?

-Vamos progresando, sí, pero muy despacio. Se necesita una gran implicación de todos, no solo de las protectoras. Las autoridades deben dar un paso al frente para poner en marcha protocolos que impidan el abandono. Por suerte hay entidades que están trabajando en la prevención, pero queda mucho camino y se anda demasiado despacio.

- ¿El maltrato animal se ha reducido?

-Eso creemos. Ya no nos callamos ante el maltrato, y ese cambio social motiva cambios en todos los ámbitos. En la actualidad estas conductas han comenzado a ser visibles y perseguidas, como hemos visto en las últimas décadas con otras formas de maltrato. Empezó por aislarse socialmente el maltrato infantil, luego el maltrato a las mujeres, y paso a paso vamos consiguiendo un mundo más justo en el que los agresores de los animales tienen mucho más difícil salir impunes.

- Gijón es uno de los municipios con más numero de perros por habitante. ¿Por qué?

-Gijón es uno de los municipios con más número de perros por habitante registrados, legalizados con su microchip y su documentación, debidamente censados. Eso demuestra la conciencia social de los gijoneses y el interés de su Ayuntamiento. Sin duda los habitantes de Gijón comprenden y disfrutan los beneficios de convivir con perros, gatos... Pero en España el 46% de los hogares cuenta con algún animal de compañía. En muchos municipios, simplemente, no están censados ni se respeta la reglamentación.

- Al tiempo hay voces que critican la permisividad ante los perros y sus dueños, aquellos que los llevan sueltos o no recogen sus excrementos.

-Esa permisividad brilla por su ausencia. Todavía es muy difícil ir de viaje con un perro o gato, comer fuera o simplemente disfrutar de la gran cantidad de espacios naturales de que dispone Asturias. Hemos pasado de considerar normal la presencia de perros o gatos como parte del paisaje en cualquier situación a encerrarlos en guetos. Hace 30 o 40 años era de lo más normal que las tiendas tuviesen perros, que socializaban con los clientes sin dificultad, o ver a un señor tomando un café en cualquier bar, con su perro tumbado bajo la mesa.

- ¿Y los que no recogen los excrementos o los llevan sueltos?

-Siempre habrá incívicos que no eduquen debidamente a sus animales ni recojan sus excrementos. Y "rambos" que pretendan demostrar su dominio verbal sobre sus perros a costa de los sustos de los demás. Una vez más, estos son los que destacan, los que más se ven y que molestan a los que no tienen animales y a los que sí más aún, puesto que pagan justos por pecadores.

- ¿Cómo valora esta etapa al frente del albergue de Serín?

-Muy positivamente. La relación con los ciudadanos y la Administración da sus frutos, no sólo a nivel de información y conciencia social sino también a nivel de colaboración. Y por supuesto, nos alegra ver cómo otros se van decidiendo a tomar iniciativas que nosotros llevamos años poniendo en práctica, como la atención y asistencia a animales de compañía de víctimas de violencia de género y doméstica.

- ¿Optarán a seguir al frente del albergue?

-Sí, desde luego. Creemos sinceramente que nuestra gestión es correcta y que los animales nos necesitan. Nuestro principal compromiso es con ellos, con los animales que llevamos años cuidando. Estamos seguros que nuestros protocolos y todas nuestras actividades, así como el apoyo de las personas que los ayudan con su voluntariado, son los idóneos para que esos animales que viven en Serín tengan una buena vida, mientras esperan su adopción.

- ¿Ha crecido el número de adopciones?

-Si tomamos los datos en espacio superior al año, el número de adopciones crece. Ya se va diluyendo la idea de los "perros de perrera" como animales míseros y poco deseables. Ahora estamos informados, sabemos que cualquier animal, sea de raza o mestizo, con buen o mal carácter, puede ser abandonado y por tanto, adoptable. Ahora, el número de adopciones ha disminuido a 275 animales en el 2018, frente a los 303 del año anterior, el 2017.

- ¿Qué necesidades tienen en Serín?

-Tres, fundamentales. Dinero, como siempre y para todo, porque aunque pueda parecer que sólo se necesita comida, hay que pagar sueldos, gasoil, electricidad, medicamentos, intervenciones quirúrgicas? Las cantidades que aporta la administración no son suficientes. Otra es personal, voluntarios comprometidos con la actividad en general, desde socializar gatos y perros hasta manejar redes sociales y eventos. Y la tercera, apoyo de las instituciones, conciencia de que el problema es de todos y resolverlo o al menos paliarlo es una parte de sus funciones.

- ¿Ve compromiso político con la causa animalista?

-Muy relativo, la verdad. Hay temas más trascendentes, pero éste es uno que nos cuesta, como sociedad, una crecida cantidad de dinero cada año y que requiere actuaciones concretas. Parece que solo se acuerdan de los animales cuando elaboran los programas para las elecciones, pero luego lo de cumplirlos ya es otra cosa.

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