De los 193 refugios antiaéreos catalogados que se construyeron en Gijón mientras duró la Guerra Civil en la ciudad (entre el 20 de julio de 1936 y el 21 de octubre de 1937, con la entrada en la villa de la IV Brigada de Navarra), el que se hizo a nueve metros de profundidad en Cimavilla fue el más grande. Su recuperación para convertirlo en un recinto visitable por el público costaría 25.000 euros (más los costes de rehabilitación), según figura en el "Estudio de anteproyecto para la recuperación del refugio antiaéreo de Cimavilla", que realizó un equipo multidisciplinar liderado por el geógrafo asturiano Antonio Huerta Nuño, quien anoche presentó dicho estudio en la Casa del Chino, sede de la Asociación de Vecinos de Cimavilla "Gigia". A su juicio, el túnel, en muy buen estado de conservación tras diversas reparaciones que se llevaron a cabo en la década de los cuarenta del pasado siglo, tiene que protegerse, tanto a nivel municipal como a través del Patrimonio Regional. "Si hay voluntad política, y eses es un balón que está en el tejado del Ayuntamiento, en dos o tres años el túnel podría ser visitable", pronostica.

No obstante, deberá ser la próxima Corporación Municipal que salga de las próximas elecciones del mes de mayo la que decida si, en efecto, se recupera el emblemático refugio para convertirlo en un museo de la Guerra Civil en Gijón, dado que el actual equipo de gobierno, liderado por Foro, no muestra interés alguno en el proyecto, salvo la subvención que concedió para la realización del estudio de anteproyecto y a petición de la Asociación Lázaro Cárdenas.

Explicó también Antonio Huerta que el de Cimavilla formó parte de la red de refugios que comenzó a construir, a partir de mediados de octubre de 1936, la Gestora Municipal que encabezaba el anarquista Avelino González Mallada tras los cañoneos que sufrió la ciudad por parte del crucero ligero "Almirante Cervera", que formaba en la escuadra del bando nacional, y los bombardeos aéreos a partir del 22 de julio de 1936 por aviones procedentes del aeródromo leonés de La Virgen del Camino.

La mayoría de los refugios para la población en la ciudad de Jovellanos se realizaron en portales y el de Cimavilla, con varias entradas y 178 metros cuadrados de superficie investigados, discurre entre la llamada Casa de Paquet y la antigua Fábrica de Tabacos, en el Campo de las Monjas.