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Gijón aparta de la limpieza de colegios a un condenado por abusos sexuales a ochenta mujeres

El trabajador de Emulsa, sentenciado a 139 años, lleva una década libre tras cumplir sólo once entre rejas

Gijón aparta de la limpieza de colegios a un condenado por abusos sexuales a ochenta mujeres

Un gijonés, operario de la empresa municipal Emulsa que trabajaba en la limpieza de colegios públicos, ha sido reubicado en otras dependencias después de que el padre de un alumno del centro donde trabajaba alertase a la dirección de que el hombre había pasado más de una década en la cárcel después de agredir sexualmente a cerca de 80 mujeres en Gijón, unos delitos por los que en su día se le conoció como "el violador de la Feve", a finales de la década de los ochenta. De los 139 años de prisión a los que fue condenado por un juez solo cumplió once entre rejas y ahora, en libertad desde 2001, su expediente de antecedentes penales está limpio al haber pasado más de diez años. Pese a la reinserción, el conflicto generó un enorme revuelo en torno al centro y la empresa municipal.

El hombre, gijonés de mediana edad, accedió a un trabajo en Emulsa a través de la bolsa de empleo. Su destino primero fue un colegio público ubicado en Ceares, donde la limpieza corre a cargo de la citada empresa municipal. Al tratarse de un destino en contacto con niños -y pese a que las labores de limpieza son, mayoritariamente, fuera del horario lectivo, aunque coincidentes a veces con las actividades paraescolares- es norma de la empresa municipal solicitar a todos sus trabajadores que presenten un expediente inmaculado en cuanto a antecedentes penales se refiere, especialmente en lo relativo a delitos de índole sexual. Todo estaba correcto según los datos aportados por todas las personas que lograron un puesto para esos servicios de limpieza y nada hacía pensar que pudiera ocurrir algún conflicto. Pero ocurrió.

Pasó el tiempo, y un día el padre de un alumno reconoció al operario municipal en cuestión como "el violador de la Feve". Desveló ante la asociación de padres y la directiva del centro la identidad del trabajador de limpieza y lo que había ocurrido. Este hombre había sido condenado a una pena de 139 años de cárcel por agredir sexualmente a una decena de mujeres. En su día, ante la policía, aseguró que había atacado a unas 80 mujeres, todas ellas en los aledaños de la estación de tren de la ciudad, pero el juez que se encargó del caso -en base a las denuncias presentadas y las pruebas obrantes en la causa- solo le responsabilizó por algunas de esas agresiones. En todo caso, al final, pasó once años encarcelado por las agresiones sexuales cometidas en Gijón.

De vuelta a la libertad

El acusado cumplió condena y salió de prisión en 2001, quedándose a vivir en Gijón tras cumplir sus cuentas con la Justicia. Comenzaba entonces una nueva vida en busca de su reinserción en la sociedad. De hecho, tuvo varios trabajos en la ciudad, como el de taxista durante un año, hasta recalar finalmente en Emulsa.

Una vez se tuvo constancia de este hecho, se puso en conocimiento de la empresa municipal, que comprobó que, en efecto, este individuo había presentado un expediente limpio y que carecía de antecedentes. De hecho, desde Emulsa explican que "a todos los trabajadores y trabajadoras que limpian en los colegios les pedimos el certificado de antecedentes penales, y actualmente no existe ningún trabajador en ese servicio que tenga ningún tipo de cuestión penal relacionado con ese tema". ¿Cómo eran posible, entonces, las acusaciones contra el hombre? La historia era cierta, pero ya habían pasado más de diez años desde que este gijonés cumpliese condena y, por tanto, la ley permite eliminar esos antecedentes. Ni rastro de lo que había ocurrido unos años antes. Poseía un certificado inmaculado. Pero la polémica en en el centro educativo era tema de conversación, tras desvelarse la identidad del operario de limpieza.

Ante el revuelo causado en el centro educativo de Ceares, desde la empresa municipal se entrevistaron con el implicado -que en ningún momento ha cometido ninguna falta ni provocado incidentes de ningún tipo- y le propusieron reasignarle a otras labores de limpieza, en otra área distinta a los centros educativos. El hombre aceptó la propuesta para evitar problemas y ya realiza su trabajo en otras dependencias municipales.

"Es peligroso", alertan desde Cavasym

No obstante, esta controvertida situación ha motivado diversas reflexiones. ¿Cómo es posible que no quede ni rastro de esa condena en los expedientes? Es la pregunta que se hacen desde el Centro de Atención a Víctimas de Agresiones Sexuales y Maltrato (Cavasym), que se asentó en Asturias a raíz de este caso. "No digo que no tenga derecho a trabajar y a estar en la sociedad, ni mucho menos, porque entiendo que de algo tiene que vivir; pero es peligroso ponerlo a trabajar en un colegio con niñas, adolescentes y compañeras de trabajo", valora Mariti Pereira, presidenta de Cavasym. "Hay delitos donde, aun cumpliendo la pena impuesta, debería haber una referencia en sus certificados a que ha cumplido condena por delitos de agresión sexual. Es inexplicable que su expediente esté limpio", estiman desde Cavasym.

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