Ya sólo hay un escenario y butacas en el salón de actos de la Casa Sindical. El Ayuntamiento había fijado ayer como fecha tope para que se ejecutara su orden de retirar de ese espacio todos los muebles y enseres recogidos por el Colectivo de parados y precarios para su rastrillo y que se habían convertido en un problema para la seguridad del inmueble. El trabajo está hecho.

Dos camiones llenos con los últimos enseres recogidos esperaban a que el Colectivo de parados se hicieran, ayer por la tarde, con las llaves de un nuevo local que les ha cedido el Ayuntamiento en la zona de Nuevo Gijón para poder ser descargados. El proceso de desalojo empezó a mediados de diciembre con el traslado de los objetos más voluminosos a un espacio en el Centro de Transportes cedido por el Ayuntamiento en un primer momento.

"Se cumplió", se dice desde el colectivo vinculado a la CSI. Ahora toca mover ficha al Ministerio de Trabajo, que como propietario del edificio debe asumir las obras impuestas por el Ayuntamiento. La intención ministerial, que está pendiente de recibir el presupuesto de obras, es comenzar por el arreglo del salón con trabajos iniciales como colocar la escayola del anfiteatro. Luego se acometerán las actuaciones en el resto del edificio, siguiendo las especificaciones de los técnicos del Ayuntamiento. No hay plazos previstos pero serán meses. "Es un día alegre. No habrá demolición como otra gente quería y sí una Casa Sindical de la que poder disfrutar todos los gijoneses", se recuerda desde la Corriente.