Un nuevo caso de denuncia falsa en Gijón. Una mujer que denunció haber sufrido una violación en el barrio de Contrueces terminó reconociendo ante la policía que se lo había inventado. Una confesión que se sustenta en la multitud de evidencias aportadas por los agentes de la Unidad de Familia y Mujer (Ufam) de la Policía Nacional de que su historia era falsa.

La investigación se inició como establece el protocolo para estos casos nada más recibir la denuncia de la mujer, presentada el pasado 10 de enero. La joven aseguró haber sido forzada a entrar en un coche por un hombre mientras esperaba en la parada de autobús de la carretera de la Carbonera. Según relató, un hombre la había cogido en volandas y la había introducido en la parte trasera de un vehículo, cubriéndola con una manta. Eran supuestamente las siete de la tarde.

Luego, esta persona ficticia condujo un cuarto de hora, hasta llevarla a una habitación a las afueras de Gijón en la que la había forzado a mantener relaciones sexuales. El hombre, explicó ella, tapó su rostro con un gorro y un pasamontañas por lo que la víctima nunca pudo verle el rostro. Después de consumar su agresión la había dejado en el mismo lugar, en la carretera de la Carbonera, huyendo a continuación a bordo de su coche.

Tras este episodio la joven acudió a dependencias policiales a denunciar estos hechos. Pese a las incorrecciones de su relato, se activó el protocolo pertinente de actuación. Incluso se la llevó al hospital de Cabueñes -en un coche sin distintivos policiales- para su asistencia, protección y toma de muestras.

Investigación de la Ufam

Los agentes de la Ufam que se hicieron cargo de la investigación, realizaron la reconstrucción de los hechos en la zona, posibles itinerarios del vehículo y revisaron grabaciones de cámaras de seguridad y de tráfico ubicadas en esos espacios. Los trabajos policiales pusieron de manifiesto varias contradicciones en el relato de la víctima por lo que para aclarar estos aspectos de la denuncia se volvió a citar la perjudicada.

Ante las evidencias mostradas, confesó no había sido agredida sexualmente y que nadie la había retenido contra su voluntad, por lo que los agentes dieron por cerrada la investigación. La supuesta violación no existió.