La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Emulsa conocía desde 2009 el historial del operario trasladado, condenado por violación y abusos

"Era vox populi en la empresa desde que entró", afirman fuentes del comité ante los antecedentes del trabajador

Emulsa conocía el historial delictivo del violador de la estación -un gijonés condenado a 142 años de cárcel por violar y abusar de varias mujeres en Gijón- muchos años antes de apartarle de las funciones de limpieza en colegios. Al menos desde 2009 en que dejó su trabajo como taxista y entró por primera vez en una bolsa de empleo de la empresa. "Era vox populi en la empresa desde que entró, si dicen que se enteraron ahora con lo del colegio están mintiendo", aseguraron fuentes del comité de empresa de Emulsa a este periódico.

El operario en cuestión comenzó a trabajar hace unos meses dentro del área de la empresa enfocada a la limpieza de colegios. Un puesto para el que previamente, según explicaron desde Emulsa, le solicitaron el certificado de antecedentes penales al tratarse de un trabajo en contacto con menores. Su historial estaba completamente limpio, pues ya habían pasado más de diez años desde que salió de prisión -cumplió once años de cárcel por violar a siete mujeres y abusar de otras cinco más a finales de la década de los ochenta- y había cancelado todos sus antecedentes.

Todo iba bien hasta que el padre de un alumno del centro le reconoció y lo hizo saber tanto a la Ampa como a la dirección del centro. Una vez puestos los hechos en conocimiento de la empresa, desde Emulsa trataron personalmente con él para buscarle un nuevo emplazamiento y evitar polémicas, una sugerencia que el interesado aceptó. No obstante, fuentes del comité de empresa y otros trabajadores de la misma han reconocido a este periódico que el historial de su compañero era de sobra conocido, "desde que empezó ya se hablaba del tema, justo después de dejar de trabajar como taxista en Gijón", explica uno de los trabajadores que compartió labores con él.

Desde que este gijonés saliese de prisión, beneficiado por los descuentos de condena por trabajos en la cárcel que permitía el Código Penal antiguo, no consta ningún altercado de índole sexual como por los que resultó condenado. Siguió viviendo en Gijón y trabajó como taxista durante un año. Ya entonces, asociaciones feministas como Cavasym -que en su día ejerció la acusación particular contra él- alertaron del peligro que suponía el desempeño de esa profesión para una persona con su historial.

Nuevo destino

Tras dejar el taxi, este gijonés comenzó a salir elegido en diferentes bolsas de empleo de Emulsa para labores de limpieza en la ciudad. Desde entonces ha ido encadenando contratos para diferentes funciones sin ningún incidente hasta que en su último destino, un colegio de Ceares, le reconocieron y exigieron un cambio de área. "Los padres tenemos derecho a saber con quién quedan nuestros hijos", reflexionaba uno de los padres del centro. Ahora, este hombre, ya está en otras lides.

Compartir el artículo

stats