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Las tertulias de Fomento

Las fiestas de prau, con fecha de caducidad

"El modelo tiene que cambiar o no podremos celebrar verbenas", coinciden los organizadores de los festejos "No queremos subvenciones, sino que nos ayuden con el papeleo", claman

Las fiestas de prau, con fecha de caducidad

Las comisiones de festejos gijonesas se alzan en pie de guerra. Más apoyo económico, menos exigencias burocráticas y, sobre todo, un mayor respaldo legal son sus principales peticiones a un equipo de gobierno que en las últimas semanas ha dado pasos en firme en favor del entendimiento, para conseguir la pervivencia de este modelo festivo en la ciudad. No es suficiente. Las entidades encargadas de organizar estos festejos avisan: "si las cosas continúan así, no sé si vamos a poder seguir haciendo las fiestas".

Así lo aseguran los organizadores de las tres mayores romerías del concejo por aforo: Ignacio Moro, de Cabueñes; José Ramón Suárez, de Castiello y Omar López, de Cimavilla. El futuro de las fiestas, las mejoras en materia de seguridad, la excesiva burocracia requerida, el escaso relevo generacional en las comisiones de festejos o el cambio de modelo festivo que se está dejando entrever en la ciudad son algunos de los temas que se debatieron esta misma semana en la tertulia celebrada en LA NUEVA ESPAÑA de Gijón.

Precisamente el caso de Cimavilla es el más paradigmático: una de las fiestas más señeras de la ciudad, que se alargan durante dos semanas para poner el punto final al verano gijonés con unas completas actividades festivas en pleno centro de la ciudad y que este verano no se celebrarán como protesta ante un sistema que, aseguran, "es injusto, nos perjudica y va a acabar con todo". Un ejemplo que amenazan con seguir otros si nada cambia.

Tras el anuncio de la comisión de festejos de Cimavilla de no llevar a cabo sus fiestas este año, el Ayuntamiento rápidamente movió ficha. El concejal de Festejos del Consistorio, el forista Jesús Martínez Salvador prometió un cambio en las bases de la convocatoria de subvenciones para la celebración de fiestas en los barrios y parroquias de la ciudad. Con esta modificación, el equipo de gobierno buscaba primar, a la hora de conceder ayudas, aquellos festejos organizados por los propios vecinos, en detrimento de quienes subcontratan su explotación a empresas privadas. Además, también podrían recibir una subvención mayor las fiestas que más duración tuvieran, como es el caso de Cimavilla, ya que sus festejos comprenden dos fines de semana, el de los Remedios y la Virgen de la Soledad. No fueron las únicas medidas consistoriales. Martínez Salvador anunció igualmente la mayor subida de las subvenciones en la historia de estos festejos. Unas ayudas que aumentan de los actuales 60.000 euros a una cuantía de 100.000, casi doblando la cifra total a percibir. Pero es algo que no acaba de contentar a las comisiones de festejos. "Son 100.000 euros a repartir entre casi cuarenta comisiones. No tocamos a nada", explica Omar López, de Cimavilla. La mayoría de las fiestas de la ciudad pasarían de percibir del Ayuntamiento "de mil y pico euros, a dos mil y pico. Eso no nos soluciona nada".

Este aumento consistorial buscaba, en cierto modo, paliar el impacto que pudiera tener en las comisiones la asunción de las nuevas medidas de seguridad requeridas, más estrictas que las que hasta ahora se llevaban a cabo, esencialmente en lo referido a la contratación de técnicos para la revisión del montaje de las instalaciones, la creación de un plan de emergencias o el control de los certificados (ITV) de las barracas, escenarios o atracciones.

"Yo no quiero la subvención, que no da para nada. Yo quiero que me ayuden a hacer todo el papeleo y que me pongan las cosas más fáciles", resume José Ramón Suárez, de Castiello. A lo que se suma Ignacio Moro con otra petición: "que el permiso de la fiesta llegue a tiempo, que a veces, ni eso". Esas son solo parte de las amargas quejas que llevan años arrastrando.

Excesiva burocracia. Desde el momento en que el Ayuntamiento les anunció, empezado ya el año, las nuevas medidas de seguridad que deberían llevar a cabo para poder celebrar las fiestas, todas las comisiones de festejos tuvieron claro que "todo lo que sea mejorar la seguridad, es bueno". Pero entienden que debería ser el Ayuntamiento el que controlase el cumplimiento de estas medidas.

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