La conductora que arrolló a un joven motorista en Somió en octubre de 2015 se sentará esta mañana en el banquillo acusada de un delito de lesiones por imprudencia menos grave utilizando vehículo a motor que le atribuye el Ministerio Fiscal. Unos cargos por los que afronta la condena de cuatro meses de multa a razón de diez euros diarios (1.200 euros). En cambio, la acusación particular que ejerce el joven afectado califica los hechos como un delito de lesiones por imprudencia grave e interesa dos años y dos meses de cárcel y otros dos años y medio de privación del carné de conducir. La responsabilidad civil ya está saldada.

Los hechos enjuiciados ocurrieron el 13 de octubre de 2015. La procesada conducía su vehículo todoterreno por la calle Dionisio Cifuentes. Al llegar al cruce que forma esa calle con la carretera de Somió -la acusada pretendía cruzar esa vía para adentrarse en el camín de la Gola, situado en frente-, se detuvo al estar otros vehículos que le precedían parados ante una señal de "stop" pintada sobre el pavimento de la calle Dionisio Cifuentes.

El escrito de calificación de la Fiscalía prosigue asegurando que, una vez que la acusada pudo llegar con su vehículo a la señal que limitaba con el cruce "reanudó la marcha indebidamente, sin cerciorarse suficientemente que no viniera ningún vehículo por la vía preferente", es decir, la carretera de Somió. Pero sí venía alguien, el joven herido, al que según el escrito de fiscalía, era "perfectamente visible para la acusada de haber mirado adecuadamente".

La procesada trató de realizar una maniobra evasiva que evitara la colisión pero perdió el control sobre la motocicleta y arrolló al joven, que resultó gravemente herido. De hecho, estuvo 52 días hospitalizado y tardó en curar 335 días de las heridas.

Anhelo de ser policía

El joven sufrió graves secuelas una vez logró recuperarse del hospital. A las alteraciones del sueño y la memoria hay que sumar la pérdida del bazo, la pérdida de un riñón, la pérdida de visión en el ojo izquierdo, traqueostomizado con estenosis traqueal con insuficiencia respiratoria y varias cicatrices por el cuerpo. Además, consta que el adolescente quería ingresar en el Cuerpo Nacional de Policía para seguir los pasos de su padre, ya fallecido, "lo cual se ve claramente dificultado por las secuelas que presenta", relata el fiscal del caso.