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El 20% de las gijonesas no acude a las mamografías del plan de cribado

Los expertos achacan la cifra al miedo a recibir un diagnóstico no favorable y a la mayor rapidez de las clínicas privadas

Resultados de una mamografía. FERNANDO GEIJO

Dos de cada diez gijonesas no acuden a su cita de mamografías periódicas programadas dentro del plan regional de cribado de cáncer de mama. La cifra, una aproximación estimada por el Observatorio de Salud de Asturias, puede deberse, según los autores del estudio, a dos motivos: el miedo a un diagnóstico no favorable y la apuesta por la sanidad privada. "Notamos que el porcentaje de ausencias es más alto en las ciudades, que es donde suele haber más clínicas privadas equipadas con mamógrafos. Ese 20% de mujeres que no acuden al plan de cribado no tienen que estar necesariamente desprotegidas, pero nunca se sabe", comenta Mario Margolles, miembro del observatorio citado.

El Programa de Detección Precoz de Cáncer de Mama (PDPCM) de Asturias cita desde el pasado 2001 a las mujeres residentes en cualquier zona de la región para que se sometan a una mamografía de diagnóstico cada dos años. El plan comenzó con todas las asturianas de entre 50 y 65 años y, en 2005, el máximo de edad se aumentó hasta los 69. Según la consejería de Sanidad, la intención del programa es paliar el aumento de las incidencias de este tipo de cáncer en la región, que subió en las últimas décadas hasta un 25% y que se cobró la vida de 53 gijonesas el año pasado. Los últimos datos del observatorio de salud asturiano, no obstante, apuntan a que un 22% de las mujeres residentes en Gijón citadas a estas mamografías periódicas no acuden a la consulta. La cifra roza casi el 30% en la ciudad de Oviedo, mientras que en zonas más rurales como Sariego o Villayón el porcentaje apenas supera el 10%.

"Por eso creemos que la cifra no es demasiado alarmante. Suponemos que muchas mujeres cuando alcanzan cierta edad que saben que arriesgada prefieren realizarse una mamografía en una clínica privada de su ciudad y ahorrarse las listas de espera. No creemos que en Asturias haya caso alguno de desprotección en este sentido", matiza Margolles.

Rocío Toledo, psicóloga de la delegación asturiana de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), tampoco considera que el nivel de ausencias a estas citas de cribado sea preocupante, pero sí que intuye que el factor emocional puede tener algo que ver. "El miedo es bueno, pero cuando perjudica a la salud se vuelve peligroso. Nosotros hemos tenido casos de pacientes que hasta que no les revienta algún bulto o empiezan a sangrar no acuden al médico. Son cosas muy puntuales y no es la tónica general, pero sí que pasa", explica. "En Asturias tenemos un plan de cribado de cáncer de mama porque es un tipo de enfermedad bastante común y que todo el mundo conoce, por eso el nivel de prevención y concienciación está muy por encima si se compara con otros tipos de cáncer. Pero una afectada se asusta de la misma manera independientemente de que su enfermedad sea conocida o no", añade. La experta descarta también que la vía privada sea la alternativa más frecuente. "Lo que vemos en la asociación es que desde la crisis las mujeres ya no recurren tanto a lo privado, sobre todo, porque el programa de cribado que tenemos ahora es muy fiable y los recursos son suficientes", explica.

Empleados sanitarios del servicio de Radiología, por su parte, apuntan a que las mujeres que no acuden a su cita son, en general, las recién llegadas. "Las pacientes que están diagnosticadas con algún tipo de problema vienen a todas las citas y, si no lo hacen, movemos cielo y tierra para que lo hagan. Lo que sí notamos es que las mujeres citadas a su primera mamografía de prevención no suelen estar del todo preocupadas mientras no tengan antecedentes de familiares con cáncer o alguna sospecha", concretan.

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