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ROLANDO RUIZ | Misionero javeriano, ha colaborado con Manos Unidas en Chad

"No me fui a África a convertir a la gente al cristianismo, sino a transmitirles cariño"

"Cuando llegué, Chad sufría una gran hambruna y la gente moría de cólera; ante eso, o mueres de pena o piensas en lo bueno que puedes hacer"

Rolando Ruiz, en la redacción de LA NUEVA ESPAÑA. JUAN PLAZA

Rolando Ruiz Durán (Guadalajara, México, 1962) es misionero javeriano y ha estado quince años colaborando en África con proyectos humanitarios de, entre otras ONGs, Manos Unidas. Cambió su cómoda vida de oficinista para irse a Chad, un país en el que no había ni agua ni electricidad, y que acababa de sufrir un gran brote de cólera. Ahora vive en España, pero su corazón sigue al otro lado del Estrecho.

- ¿Cuándo tomó la decisión de irse de misiones?

-De muy joven. Yo trabajaba en un banco en Guadalajara y nunca había pensado en irme al Tercer Mundo. Pero Dios se mete en el corazón de la gente. En mi caso fue a los 21 años. Recuerdo que mi madre me decía que estaba loco y que por qué quería irme del país cuando también ahí había gente necesitada. Yo le respondí: "porque ellos también son nuestros hermanos".

- Con 26 años ya estaba evangelizando en África.

-Sí. Estuve primero 6 años en Camerún y luego 9 años en Chad. Siempre hablo más de Chad y la gente me pregunta: "¿No te gustó Camerún?"Bueno, es que para alguien de Chad, un país donde no hay ni agua corriente ni electricidad, Camerún es el primer mundo. Cuando llegué no hablaba francés y me encontré con un país en el que había 147 dialectos. Aprendí "masá" y "musey", dos de ellos.

- ¿Y cómo fue el aterrizaje?

- Cuando yo llegué a Chad en 1998 el país sufría una gran hambruna, y mucha gente moría de cólera. Cuando ves eso se te parte el corazón. Pero no puedes mirar sólo hacia la miseria, porque te mueres de tristeza, hay que mirar también hacia lo bueno que puedes hacer, las realidades que puedes cambiar.

- ¿Qué le alentaba a seguir adelante?

-Creo que lo más importante de nuestra misión es llevar amor ahí donde vamos. Yo no me fui a África a convertir a todo el mundo al cristianismo, no. Lo importante es transmitir cariño. La gente necesita saber que se le ama. Hay una frase que me encanta de Raoul Follerau, que dedicó su vida a luchar contra la lepra, y es que "nadie tiene derecho a ser feliz a solas". Y así lo siento yo: no podemos vivir nuestra vida enfrascados en nuestros propios problemas y satisfacciones.

- Ha colaborado con Manos Unidas en infinidad de proyectos educativos

-Sí. Siempre digo que la educación es el pilar fundamental para el desarrollo de un pueblo. Yo vivía en las aldeas, y ahí, tribus como los "musey" son en más de un 68% analfabetos. Uno de nuestros cometidos fue enseñarles a escribir a través del alfabeto fonético internacional. Esto es fundamental, los "musey" son gente muy lista y trabajadora, pero, ¿cómo iban a poder llegar a ninguna parte sin poder transmitir sus conocimientos? También hicimos otros proyectos en esta línea, como la traducción del Código Penal a su lengua y la creación de un programa de radio divulgativo, en el que diferentes personas hablaban sobre derecho, higiene personal, música?

- En las últimas semanas ha estado compartiendo su experiencia en colegios asturianos. ¿Cómo responden los chicos?

-Veo gente muy sensible y que tiene rodaje en el tema, y veo chicos que simplemente alucinan. Veo muchos rostros de admiración pero también noto el deseo de que quieren hacer algo. Creo que en España hay un fuerte sentimiento de solidaridad.

- La campaña de Manos Unidas de este año está dedicada a la mujer. ¿Cómo es la situación de las niñas en Chad?

-Yo fui testigo de la primera escuela femenina que se abrió en el país. La gente allí no lo entendía. ¿Cómo iban las niñas a perder el tiempo estudiando?Yo pude ver con mis propios ojos como una de las primeras alumnas de esta escuela se formó después como maestra y llegó a enseñar en su propia escuela. Recuerdo ver a un hombre que la observaba y decía: "Es increíble, pero esta mujer es capaz de enseñarnos". Ese es el tipo de cambio de mentalidad que buscamos.

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