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Clamor contra el derribo del kiosco de los Jardines de la Reina, "un símbolo local"

Vecinos, comerciantes y hosteleros de la zona critican la desaparición "de un emblema y punto de referencia" por la remodelación de la zona

Clamor contra el derribo del kiosco de los Jardines de la Reina, "un símbolo local"

La reforma de los Jardines de la Reina que motivará el derribo del histórico kiosco de prensa, de 1922, ha causado conmoción entre los centenares de clientes habituales, que se tras reponerse de la noticia se han puesto en pie de guerra ante la desaparición de lo que consideran "un símbolo de la ciudad". "Forma parte del contexto histórico de Gijón y es una pena que rompan las identidades de las ciudades", lamentaba Crisanto Valdés ayer por la mañana en las inmediaciones del local. "Es un atropello", comentaba poco antes otra clienta habitual tras solidarizarse con el kiosquero Ignacio Luis González Villa, tercera generación al frente del negocio familiar.

La decisión de la Autoridad Portuaria de acometer una amplia reforma en los Jardines de la Reina implicaría que el carril bici pasase por donde se ubica el kiosco desde hace casi 97 años. La primera propuesta que aciertan a pedir los clientes habituales -vecinos, hosteleros y comerciantes- es intentar reubicar el kiosco en otra localización cercana, porque "una cosa es mejorar, sí, pero no a costa de los demás porque están quitando un emblema de Gijón", compartía ayer Noemí Menéndez García, del hotel Pasaje. "El kiosco lleva toda la vida ahí, se pierde un símbolo y además nos deja desamparados; tienen que buscar otras opciones porque sería una pena", añadía la hostelera que desde hace años compra allí la prensa.

Las muestras de apoyo y solidaridad con Ignacio Luis González Villa se sucedieron durante el jueves y el viernes, tras la publicación en LA NUEVA ESPAÑA de la inminente desaparición, prevista para finales de marzo, del popular negocio, que desde hace medio siglo está regentado por la familia Villa. "Mi tío Roberto Villa Fernández fue el primero, luego estuvieron mis padres, José Ignacio González Santamaría y Carmen Villa Fernández, hasta que hace 20 años empecé yo a trabajar", recuerda Ignacio Luis González, que agradece el apoyo recibido en los últimos días. "Esto es una aberración, pero así funciona todo en este país y así vamos mal", le decía ayer el hostelero Paco Delgado al recoger el periódico.

El factor histórico no fue el único en tener en cuenta los clientes habituales. "Para mucha gente que sale por las mañanas temprano a trabajar o a pasear es una protección porque siempre está abierto, es un punto de referencia en la zona", explicaba Luis Lodeiro León, que lamenta que cada vez queden menos kioscos en la ciudad. Sobre esa importancia también reflexionaba ayer el periodista gijonés Fernando Losada. "No sé si queda bien o mal, pero es histórico y siempre que se quita algo como esto se pierden las referencias de lo que es Gijón", verbalizó Losada, que "ya de crío compraba tebeos" a la familia de Ignacio Luis González.

"Una gran familia"

"Estuvo aquí toda la vida, todavía no había nacido yo y ya estaban aquí, me parece fatal y no entiendo por qué lo quieren quitar", comentaba ayer una octogenaria a la que Ignacio Luis González lleva todos los días el periódico a casa. "Nos conocemos de toda la vida, la mayoría de clientes son personas mayores que ya le compraban a mis padres, todos nos conocemos y somos casi como una gran familia", desvela el kiosquero gijonés. De hecho, sostiene, "mucha gente viene aquí a dejarme las llaves de casa u otras cosas, porque me conocen y para ellos es un seguro que estemos aquí". "Algunos me decían esta mañana por ayudar que si quería que cortaban la calle como protesta", bromeaba el afectado de la inminente reforma de los Jardines de la Reina. Una obra en la que, por lo pronto, "no encaja un kiosco", lamenta González Villa.

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