La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

CARLOS BARREDO | Ingeniero y experto en inversiones con el método del trading cuantitativo

"La mejor manera de abordar los mercados financieros es desde la mente del ingeniero"

"En Estados Unidos el 80 por ciento de las operaciones financieras están hechas por programas informáticos"

Carlos Barredo, ayer, en Gijón. ÁNGEL GONZÁLEZ

Carlos Barredo Lago, ingeniero industrial por la Escuela Politécnica de Gijón, es en la actualidad "trader cuantitativo". O lo que es lo mismo, experto en la aplicación de métodos científicos a los mercados financieros para obtener los mejores rendimientos a la hora de invertir. Ayer ofreció la charla "Trading cuantitativo: la ingeniería en la operativa de los mercados financieros" y repasó su trayectoria, que lo ha llevado a ser el ganador del premio "Robotrader 2018". Supuso "un punto de inflexión después de tres años de dedicarme a este negocio de forma anónima, un antes y un después que me ha hecho ver que esto es lo que me llena totalmente", asegura.

- ¿En qué consiste el trading cuantitativo?

-Es una disciplina, un método de inversión que se basa en reglas objetivas y cuantificables, apoyándose en métodos automatizados. No se deja nada al azar, es totalmente opuesto a los métodos tradicionales de inversión basados en corazonadas o en cosas que no están constrastadas estadísticamente.

- ¿Es entonces un método científico?

-Sí, y está apoyado en metodologías automatizadas. También se le llama, de hecho, trading algorítimico, electrónico o de sistemas. Yo lo definiría como la labor de abordar los mercados financieros combinando conocimientos estadísticos y matemáticos, ciencias computacionales, procesamiento de señal, economía y todo ello combinado con una gran capacidad de superación personal.

- ¿La clave está en ser multidisciplinares?

-Sí, porque abarca muchos aspectos, de las matemáticas hasta la economía, pasando por la informática o la minería de datos. E incluso se da un componente psicológico muy importante, porque al final estás jugando con dinero y tiene una complejidad adicional.

- ¿Están demostrados los buenos resultados? ¿Se gana más dinero con este método de inversión?

-Realmente sólo hay dos metodologías inversoras que funcionen: una sería la del estilo Warren Buffett, que lo que hace es comprar acciones y mantenerlas durante un largo periodo de tiempo basándose en criterios contables y de valoración de empresas, en la que está demostrado que puede batir al mercado. Y otro es el método inversor que sigue el padre del trading cuantitativo, Jim Simons, que consiste en utilizar el método científico para operar en los mercados financieros. Los rendimientos que se pueden conseguir con este segundo método son mayores, pero todo depende también del perfil inversor: quiero decir que el hecho de que una persona haga trading algorítimico o cuantitativo no es incompatible con que esa persona tenga un perfil conservador y prefiera un sistema con una rentabilidad menor pero con una brecha de pérdidas más controlada. Pero realmente sí que permite tener rentabilidades mucho mayores.

- ¿Por ejemplo?

-Tenemos sin ir más lejos el ejemplo del propio Jim Simons, cuyo fondo de inversión lleva una rentabilidad media anual acumulada superior a un 30 por ciento; en algunos años incluso superior a un 100 por ciento. Sólo ha tenido un año en negativo a lo largo de su historia desde hace ya más de 20 años. Él es matemático y es el padre del método, empezó en este negocio a la par que empezaron los mercados electrónicos a finales de los ochenta.

- ¿Cómo llega un ingeniero como usted a trabajar en esto?

-La mía es una historia curiosa. Hasta el año 2011 no tenía ni idea de finanzas, sabía lo que era una acción, un fondo de inversión y poco más. Junto con mis padres sufrí en mis carnes el problema de las preferentes, y además de emprender acciones legales decidí adquirir cultura financiera. En 2012 hice un curso sobre esta metodología inversora y tuve la suerte de que me fue bien, empezó a haber un mercado alcista ese año, especialmente en Estados Unidos, y tuve el acierto de comprar acciones en empresas biotecnológicas que se revalorizaron bastante en tres años. Fue suerte, porque tampoco tenía muchos conocimientos entonces, pero fue el empujón para empezar en este mundo. En el año 2014 hubo un pequeño crash en la Bolsa con la crisis del ébola, y fue cuando me di cuenta de que podría haber una recesión económica, e investigando descubrí la existencia de Jim Simons y su método, que me pareció absolutamente brillante: ser capaz de automatizar las decisiones de inversión y buscar patrones que aporten una ventaja inversora.

- ¿Demuestra esto que la ingeniería está detrás de muchos más ámbitos de los que pensamos?

-Sí, la ingeniería es una disciplina omnipresente y con muchas vertientes. La mejor manera paara abordar los mercados financieros es hacerlo desde un punto de vista de ingeniero, con la precisión y la exactitud de la metodología que nosotros desarrollamos, que está lejos de una visión de conomía clásica.

- ¿Es un buen nicho laboral?

-Es un sector con presente y con mucho futuro. Aquí la industria financiera va con bastante retraso en este sentido, y si nuestros políticos tuvieran la habilidad de intentar atraer al sector, se podría generar mucha riqueza. Sólo tenemos que pensar en lo potente que es el sector en la City de Londres y en el panorama que abre con el Brexit. Podríamos tener ante nosotros una buena oportunidad. Un ingeniero en trading de alta frecuencia suele tener salarios muy altos y es una apuesta muy interesante.

- ¿Anima a los jóvenes a formarse en este campo?

-Les animo a que tengan ilusión y ganas de aprender, que se den cuenta de que en Asturias hay mucho talento y si quieren dedicarse el día de mañana al sector financiero tanto desde un punto de vista profesional, como si lo quieren hacer como inversores particulares, esta metodología es la que mejor funciona. Ahora mismo en Estados Unidos el 80 por ciento de las operaciones financieras están hechas por programas informáticos, no por operadores humanos. Este es el futuro, aunque en España vamos con mucho retraso.

Compartir el artículo

stats