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El desarrollo de un sector en auge

Mujer y tecnología: en peligro de extinción

"Las chicas lo ven un mundo de hombres", clama Laura Menéndez, premio de Ingeniería Informática, contra la brecha de género

Aurora Barrero (sentada) y Laura Menéndez, en el puerto deportivo de Gijón. ÁNGEL GONZÁLEZ

Cuando Laura Menéndez decidió cursar estudios de Ingeniería Informática escuchó una frase que le sonaba conocida del instituto: "Ahí son todo chicos". Pese a la relativa paridad entre géneros que se observaba en los albores de la informática, hoy la presencia de mujeres en este tipo de formación es minoritaria. En la Universidad de Oviedo eran un 20% cuando inició sus estudios, hace dos décadas, la decana del Colegio de Ingenieros Técnicos en Informática del Principado, Aurora Barrero. Hoy no llegan al 7% de chicas en los grados de Informática. "Nos faltan referentes", lamenta la decana. Para paliarlo, la entidad que preside desde hace cuatro años estableció el premio "Ada Byron", al objeto de reconocer el expediente académico de una mujer que se gradúa en informática, un campo con escasa presencia femenina. Este año, Laura Menéndez pone rostro a ese reconocimiento.

La joven finalizó los estudios en junio pasado, a los 22 años, en una promoción en la que no llegaban a una decena de mujeres graduadas. Ella es consciente de esa brecha de género y, por eso, se unió al colectivo FemDevs, una asociación de mujeres desarrolladoras de videojuegos de Asturias. "Te sientes más cómoda porque se crea una especie de clima de confianza", explica sobre esta agrupación que persigue dar espacio y visibilidad a mujeres profesionales, estudiantes o interesadas en el desarrollo de videojuegos. Cuando tomó la decisión de ir a la Universidad, Laura Menéndez dudaba entre Ingeniería Eléctrica o Informática. En el Bachillerato tecnológico ella había sido la única chica en las clases de Dibujo. Todo ese mundo de hombres "a veces te echa un poco para atrás", reconoce. Algunas compañeras le confesaron que optarían por la Informática porque había una mayoría masculina. Tras haber presentado su trabajo fin de carrera el que desarrolló una página web para ayudar en un proyecto de investigación de estadística, ahora compagina su actividad laboral en EDP con el máster en Investigación en Inteligencia Artificial de la Universidad Menéndez Pelayo.

"Si nos siguen faltando chicas se va a crear una brecha de género difícil de romper", aprecia Aurora Barrero. En el Colegio Oficial de Graduados en Ingeniería Informática e Ingenieros Técnicos en Informática del Principado llevan tiempo luchando contra ello. "Cuando vas a los colegios los niños te dicen que quieren ser arquitectos o médicos, y las niñas, profesiones más de cuidados", subraya. Esa circunstancia lleva a que no más del 20% de los participantes en eventos tecnológicos son niñas. "De mayores", confiesa Laura Menéndez, "nos afecta más el síndrome del impostor", la sensación de quienes no merecen el éxito alcanzado, cuando presentan su candidatura a un puesto de trabajo.

La escuela no logra atraer y retener a las niñas que más tarde se acerquen a los estudios de Informática. "Y el paro es cero", sentencia Barrero, quien advierte que todas las profesiones del futuro requerirán de un cierto porcentaje de "pensamiento computacional" y "habilidades digitales" que obliguen a poner más el foco en la tecnología. "La sociedad debe concienciarse de ello", expone la decana del Colegio de Ingenieros Técnicos en Informática. En este contexto, afirma, "Asturias cuenta con profesionales muy bien formados a quienes se valora cuando salen fuera", sostiene Barrero. Laura Menéndez, una de las últimas integrantes de la cantera regional, lo sabe muy bien: "Habrá problemas en unos años; por eso, me gustaría colaborar en todas las iniciativas para visibilizar las mujeres en la Informática".

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