El gijonés de 55 años acusado de traficar con cocaína y hachís en los barrios de La Calzada y El Cerillero reconoció esta mañana los cargos y aceptó una pena de cuatro años de prisión y el pago de 16.000 euros por un delito contra la salud pública. El acuerdo entre las partes se llevó acabo después de que el Ministerio Fiscal aplicase la atenuante analógica de grave adicción a las drogas del procesado, que en el momento de la comisión de los hechos "tenía ligeramente afectadas sus capacidades volitivas y cognitivas" como confirman los informes periciales psicológicos.

El procesado, que responde a las iniciales A. G. H. y se encuentra en prisión provisional por esta causa, "presenta una capacidad intelectual límite", explicó esta mañana el fiscal, aunque eso no le impide diferenciar entre los lícito e ilícito. Es por ello que resultó finalmente condenado por traficar con drogas en La Calzada y El Cerillero. No obstante, el fiscal informó que, en principio, no se opondría a la suspensión de la condena para evitar su estancia en prisión, siempre y cuando cumpla una serie de condiciones como las de no delinquir en los próximos cuatro años y someterse a tratamiento. Sobre ello decidirá el tribunal de la sección octava de la Audiencia Provincial de Asturias.

Queda por tanto probado, como planteaba la Fiscalía, que este hombre se dedicaba al menos desde el mes de junio al tráfico de sustancias estupefacientes entre los toxicómanos de La Calzada y El Cerillero, algo que comprobó la Policía Nacional tras un exhaustivo seguimiento. En concreto, A. G. H. se dedicaba a la venta de hachís y cocaína entre los toxicómanos habituales de la zona oeste de la ciudad, a los que acudía a entregar la mercancía a diferentes emplazamientos como los parques de la Algodonera, la iglesia de Fátima, El Lauredal y El Cerillero. Una práctica que según el fiscal llevaba realizando desde al menos el mes de junio de ese mismo año.

El hombre, según desvelaron entonces los investigadores, contactaba por teléfono con sus clientes -le detuvieron con hasta cinco dispositivos móviles, que utilizaba para dificultar su localización- y entregaba a pie las sustancias pactadas con los toxicómanos del barrio. Finalmente, las pesquisas dieron sus frutos y permitieron confirmar su actividad ilícita, por lo que resultó detenido cuando se encontraba a bordo de su bicicleta en el parque Julián Besteiro. En ese momento llevaba 21 papelinas de cocaína y un trozo de hachís y 295 euros provenientes del tráfico de drogas.

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Operación policial en Gijón contra la venta de droga

Registro del domicilio

Días después del arresto, los agentes lograron una orden judicial para registrar su vivienda, en el barrio de El Cerillero. Allí incautaron importantes cantidades de cocaína y hachís que el acusado escondía en ollas y cazos del armario de la cocina. En concreto intervinieron alrededor de 200 gramos de cocaína de diferente riqueza y cerca de 400 gramos de resina de cannabis. En suma, la droga intervenida en su casa alcanzaría un precio de casi 13.000 euros en el mercado ilícito.

Los agentes también intervinieron sustancias de corte, teléfonos y una balanza de precisión para el tratamiento de las sustancias. Bajo los asientos del sofá del saló hallaron además 12.000 euros en billetes.