La septuagenaria procesada por agredir de forma sistemática y robar más de 85.000 a su pareja sentimental, un hombre gijonés de 76 años con alzhéimer, ha sido finalmente condenada a tres años y cinco meses de cárcel por los delitos de apropiación indebida y maltrato habitual así como al pago de una indemnización de 87.613,48 euros por los daños morales y económicos generados a su víctima. La sentencia, emitida por la sección octava de la Audiencia Provincial, le impone además la prohibición de comunicarse y acercarse a menos de 500 metros al afectado durante dos años y diez meses. También le obliga el fallo al pago de las costas del procedimiento, incluidas las de la acusación particular, ejercida por el septuagenario afectado y representado por el abogado Ricardo González.

Insultos, vejaciones, amenazas de muerte, puñetazos, zarandeos, encierros en casa y hasta obligarle a dormir en el suelo. El calvario al que Rosario C. O., natural de Pola de Siero y vecina de Gijón, sometió a su expareja sentimental llegó a su fin en julio de 2017, cuando familiares y amigos del afectado le sacaron del domicilio en el que convivían ante las evidentes muestras de deterioro que el gijonés iba desarrollando ante los maltratos de la ahora condenada. "Sacadme de aquí", les dijo con desesperación.

Todos los testigos presentados al juicio -casi una - coincidieron en afirmar que le tenía atemorizado y apenas le dejaba salir de casa. Hasta el psicólogo judicial relató en la vista oral que "le tenía machacado" al escuchar el relato que el septuagenario con alzhéimer pronunció durante las diligencias, un relato "creíble y ausente de fabulación".

La relación sentimental entre ambos había comenzado en 2015. Todo iba bien, salía de fiesta, de bailes, y compartían el día a día con numerosos amigos. Todo iba bien, pero "cuando se acabó el dinero empezaron a cambiar las cosas", desveló una amiga en común durante el juicio. ¿A qué se refería? Al inicio de su relación el afectado tenía un patrimonio de 76.313,48 euros que la ahora condenada dilapidó en apenas cinco meses, aprovechándose de que el hombre tenía mermadas sus facultades por deterioro psicofísico.

Retiradas de dinero en cajeros de 3.000, pagos en una tienda de deportes de 2.000 euros, otros 28.000 euros para adquirir un vehículo y hasta un crédito de 10.000 euros que Rosario C. O. para que su hija pudiese poner una tienda. El hombre, de tener un notable patrimonio se vio, de pronto, que tenía la pensión embargada.

En el juicio declararon amigos, familiares y hasta empleados de banco que alertaron de los gastos desmesurados que el septuagenario enfermo realizaba influenciado por Rosario C. O., que durante el juicio alegó que juntos se habían dedicado a "vivir la vida", pero la Audiencia Provincial De hecho, el tribunal considera probado el maltrato al que sometió a su víctima y que además se apoderó de forma indebida de todo su patrimonio.

"Dormir en el suelo"

Los testimonios de la víctima y los testigos durante el juicio fueron estremecedores. La mujer le llamaba "hijo de p., marrano, borrego, te voy a matar...", le hacía dormir en el suelo, le amenazaba con descuartizarle y guardar los trozos en la nevera y hasta le zarandeaba. "Dejó de hablar y le aisló de todo el mundo", confesó una testigo sobre esta mujer que ya ha sido condenada mientras su víctima se recuperar de lo vivido.