Un gijonés de 55 años se sentará esta mañana en el banquillo de los acusados por traficar, supuestamente, con drogas en diferentes espacios públicos de los barrios de La Calzada y El Cerillero. Unos cargos por los que afronta una condena de cuatro años y nueve meses de cárcel y el pago de 25.000 euros de multa, a sustituir por otros cien días de prisión en casa de impago y el abono de las costas.

Este individuo, al que la Fiscalía atribuye un delito contra la salud pública fue detenido en el mes de julio del pasado año tras un exhaustivo seguimiento de los investigadores de la Policía Nacional. El acusado se dedicaba a la venta de hachís y cocaína entre los toxicómanos habituales de la zona oeste de la ciudad, a los que acudía a entregar la mercancía a diferentes emplazamientos como los parques de la Algodonera, la iglesia de Fátima, El Lauredal y El Cerillero. Una práctica que según el fiscal llevaba realizando desde al menos el mes de junio de ese mismo año.

El hombre, según desvelaron entonces los investigadores, contactaba por teléfono con sus clientes -le detuvieron con hasta cinco dispositivos móviles, que utilizaba para dificultar su localización- y entregaba a pie las sustancias pactadas con los toxicómanos del barrio. Finalmente, las pesquisas dieron sus frutos y permitieron confirmar su actividad ilícita, por lo que resultó detenido cuando se encontraba a bordo de su bicicleta en el parque Julián Besteiro. En ese momento llevaba 21 papelinas de cocaína y un trozo de hachís y 295 euros provenientes del tráfico de drogas.

Registro del domicilio

Días después del arresto, los agentes lograron una orden judicial para registrar su vivienda, en el barrio de El Cerillero. Allí incautaron importantes cantidades de cocaína y hachís que el acusado escondía en ollas y cazos del armario de la cocina. En concreto intervinieron alrededor de 200 gramos de cocaína de diferente riqueza y cerca de 400 gramos de resina de cannabis. En suma, la droga intervenida en su casa alcanzaría un precio de casi 13.000 euros en el mercado ilícito.

Los agentes también intervinieron sustancias de corte, teléfonos y una balanza de precisión para el tratamiento de las sustancias. Bajo los asientos del sofá del saló hallaron además 12.000 euros en billetes. El hombre ya tenía antecedentes por el mismo delito.