El séptimo procesado en la "operación Tortellini" -investigación de la Guardia Civil que permitió desarticular un grupo dedicado al tráfico de drogas en Gijón- aceptó ayer una pena de seis años y un día de cárcel y el pago de una multa de 400.000 euros por un delito contra la salud pública. Este individuo, Camilo G. B., es el primero de los implicados en la red de narcotráfico que reconoce los hechos ante un tribunal, pues el resto de implicados siempre negaron su participación en el grupo, pese a ser condenados ya a 36 años de cárcel por el mismo delito en julio de 2017.

El acusado, que cumple a día de hoy prisión preventiva en el Centro Penitenciario de Soto del Real, Madrid, era el encargado de conseguir la cocaína en Madrid para luego entregársela al resto de procesados ya enjuiciados y condenados por estos hechos. La investigación de la Guardia Civil, tanto en el Principado como en la Comunidad de Madrid, permitió recabar las pruebas suficientes para demostrar la existencia y responsabilidad de esta red dedicada al tráfico de drogas. Ahora, Camilo G. B. deberá cumplir con la condena y, una vez pueda acceder al tercer grado penitenciario, la Fiscalía exigió que sea expulsado del territorio nacional durante la próxima década.

En la "operación Tortellini" se intervinieron cinco paquetes de droga que contenían más de cinco kilos de cocaína, con un precio de mercado que superaba los 216.700 euros, y que estaba previsto su venta y distribución en Asturias. Al margen, queda otro implicado pendiente de sentencia.