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Ayuda gijonesa en las covachas

La exdocente Carmen Fernández trabaja con la asociación "Vida y Paz" para proveer de vivienda, alimentación, educación y salud a la población guatemalteca

Una familia huye de la erupción del volcán de Fuego, en Guatemala, el año pasado. REPRODUCCIÓN DE C. F.

La gijonesa Carmen Fernández lleva casi tres lustros subiendo y bajando de las camionetas en Guatemala para prestar apoyo a las familias con menos recursos. Vinculada desde hace varios años a la asociación "Vida y Paz", que trabaja en algunos de los departamentos más inaccesibles del país, tras más de tres décadas entregada a la docencia en Asturias, ahora hace balance de las intervenciones con la población guatemalteca. "Es una satisfacción lo que hemos podido hacer en el último año", relata en su resumen del ejercicio, "han sido meses de trabajo intenso en los que, con ilusión y esfuerzo, hemos podido llegar a proyectos en el municipio de Santa Cruz de Chinautla, en el Basurero de la zona 3 de Ciudad de Guatemala y en la zona afectada por el volcán de Fuego", indica.

Intervenir en una región montañosa y boscosa con terrenos estériles en su mayor parte no siempre resulta fácil. Por eso, agradece la ayuda prestada para avanzar en esta tarea por parte de los trabajadores de la organización "Vida y Paz", una asociación no lucrativa, cuyo objetivo es humanizar y dignificar la vida de las personas. Sus cuatro pilares fundamentales pasan por proveer de servicios de vivienda, educación, salud y alimentación a la población local. En su labor han colaborado también el Instituto Secular "Vida y Paz" de España, la Fundación Fernández Campo (España), familias gijonesas que colaboran de forma altruista con donaciones y la Fundación Buen Samaritano de Guatemala.

Gracias a esos apoyos, explica la gijonesa, han podido construir viviendas para los afectados por la potente erupción del volcán de Fuego, que obligó a abandonar sus casas a decenas de ciudadanos y dejó cerca de un centenar de fallecidos. Los barracones con servicios básicos de agua y electricidad permitieron alojar temporalmente a los que se habían quedado sin su covacha (vivienda, en la denominación guatemalteca). También contribuyó la gijonesa a facilitar escuelas para los niños en edad escolar que estaban afectados por la erupción. "Es un orgullo la ayuda recibida y el apoyo de los trabajadores de 'Vida y Paz'", repite una y otra vez Fernández que vivió escenas como el reencuentro de dos hermanos que se habían perdido huyendo del volcán.

"Nuestra misión es dignificar y humanizar a las personas de escasos recursos, promoviendo su desarrollo sociocultural y económico e implicando a los organismos públicos responsables de la promoción de los derechos humanos de sus ciudadanos", continúa la gijonesa. Las iniciativas de construcción, educación, salud y nutrición se han ido realizado en la medida de las necesidades de la población local. Se levantaron asimismo albergues para los desplazados y comedores escolares para los niños. "Dignificando la vida humana construimos un mundo mejor", concluye Carmen Fernández.

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