"Ni hay anomalías ni se ha hecho ningún enganche ilegal". Así de rotundo se mostró ayer el hostelero gijonés de los bajos de El Molinón investigado por un supuesto delito de defraudación de fluido eléctrico después de que una persona anónima alertase al Ayuntamiento de que este empresario llevaba supuestamente unos cuatro años enganchado a la red eléctrica del estadio municipal, algo que el afectado niega tajantemente.

La versión del hostelero difiere sustancialmente de los datos recabados por la investigación policial. En base a su testimonio, el investigado asegura que después de las comprobaciones que se realizaron en El Molinón por posibles consumos de electricidad que ellos no habían generado, se sospechó desde el principio de su establecimiento y se interpuso una denuncia contra él. "El viernes de la semana pasada vinieron cuatro agentes de la Policía Judicial para hacer fotos en el local y comprobar el sistema de luz; les enseñamos todo lo que quisieron", explica. Estando allí los investigadores, "les dije que si no tenían que estar también los ingenieros de la empresa de electricidad para controlar todos los cables que pasan por el bar y El Molinón", prosigue el hostelero.

Ese mismo día se personaron los técnicos de la empresa eléctrica. "Hicieron sus comprobaciones aquí y elaboraron un informe en el que afirman que no detectaron ninguna anomalía", confirma el investigado. "Es más, bajaron el cuadro de luz general del local, y si hubiese estado pinchado el local hubiese seguido habiendo luz, pero se quedó completamente a oscuras", relata. "Tampoco hay ningún enganche ilegal, solo hay un cable suelto que encontraron pero que no está enganchado a nada", sostiene.

"Siempre me achacan lo peor"

El hostelero gijonés lamenta la acusación y confía en que la justicia restituya su imagen. "Siempre me achacan lo peor, pero este tema irá al juzgado y ahí se verán los informes de los electricistas que fueron a El Molinón y el de los que vinieron aquí y será el juez quien decida; espero que se demuestre que digo la verdad para limpiar mi imagen", añade.

La investigación policial, en base a sus informes remitidos al juzgado, estima que este hostelero lleva cerca de cuatro años enganchado a la red eléctrica de El Molinón, lo que supone un delito de defraudación de fluido eléctrico que le ha permitido ahorrarse entre 10.000 y 20.000 euros al mes, es decir, más de 50.000 euros desde que abrió las puertas del negocio, pero el hostelero lo niega.