El primer español y quinto del mundo en recorrer el mundo entero a pie, Nacho Dean, cree que "lo imposible sólo es aquello que todavía no se ha hecho". Su filosofía de vida, tal y como explicó ayer durante su conferencia en Glackma, cambió de forma radical cuando se dio cuenta de que su antiguo trabajo no le llenaba tanto como él creía. Convirtió su afición a caminar en una aventura que de primeras alarmó a todos sus allegados: dedicar tres años de su tiempo a recorrer el globo en línea recta, de forma ininterrumpida y ayuda.

Dean descubrió el mundo durmiendo en albergues, iglesias, mezquitas y comisarías de policía locales. Vio cientos de luciérnagas iluminando su tienda de campaña, aprendió cómo se movían las constelaciones y, exceptuando una fiebre chikungunya que casi le hace volver a casa antes de tiempo, aseguró que su aventura fue la mejor decisión que ha tomado en su vida. "Los avances de los últimos años nos han permitido evolucionar, pero a veces la ansiedad y la depresión de la sociedad moderna se debe a que nos olvidamos de crecer como personas", lamentó.