Cubrir las necesidades reales en los pagos al personal del Ayuntamiento -para lo que todavía se necesitan 1,6 millones más las demandas que lleguen de las empresas municipales-y afrontar los alrededor de 700.000 euros para los convenios nominativos pendientes serán las prioridades del gobierno de Foro a la hora de dar uso al remanente de dinero que quede de la liquidación presupuestaria de 2018. Así de claro lo dejaba ayer la edil de Hacienda, Ana Braña, dejando para un segundo momento otras opciones como dotar de recursos la renta social, que ahora mismo no tiene fondos para una nueva convocatoria, o afrontar nuevas inversiones. Y no sólo se trata de prioridades. También de tiempos ya que el proceso electoral puede suponer dejar algunas decisiones sobre el uso de ese dinero para la nueva Corporación.

En todo caso, el destino dependerá del dinero real que se pueda gastar. La liquidación presupuestaria de 2018 que ayer presentó Braña establece un remanente líquido de tesorería para gastos generales de 35,1 millones. A ese dinero hay que restarle obligaciones pendientes de inversiones financieramente sostenibles del año pasado, remanentes de crédito por subvenciones, reconocimientos extrajudiciales... Además, de tener en cuenta la aplicación del Plan Económico Financiero que controla el gasto municipal tras el incumplimiento de la regla de gasto.

Braña evitó ayer aventurarse a dar una cifra final ya que hasta que se complete el informe de estabilidad presupuestaria en un par de semanas no se sabrá cuanto dinero del remanente puede ir a inversiones financieramente sostenibles o para libre disposición. Una idea de lo que puede ocurrir si consigue mirando el ejemplo de 2017 donde sobre un remanente de 23,4 millones quedaron unos 8 millones a gastar.

¿Por qué subió tanto el remanente entre 2017 y 2018? Braña habla de múltiples causas aunque destacando el propio incremento en 6,2 millones del superávit, la alta amortización de deuda bancaria que se hizo en 2017 y el acuerdo de no disponibilidad de 4,9 millones para cumplir con los límites del gasto del Plan Económico.

Superávit

El remanente es sólo uno de los parámetros de la liquidación de un presupuesto que empezó con 202,1 millones en créditos prorrogados para alcanzar los 317,5 millones tras sumar 115,3 en modificaciones. Sobre esos créditos finales hay 274 millones en obligaciones reconocidas lo que supone un nivel de ejecución del 86,3%. El más alto de los tres últimos años. Por porcentajes, la ejecución más alta fueron los 98,9% sobre 62,4 millones en gastos de personal y la más baja el 31,9% de los 27,3 millones inversiones reales. Las obligaciones reconocidas en 2018 fueron 26,4 millones más que en 2017.

Así, el resultado del presupuesto de 2018 es un superávit de 17,6 millones: seis más que el año anterior. En operaciones corrientes el superávit es de 38,7 millones y el ahorro neto se fija en 19,3 millones. Otro dato: el ejercicio se cerró con un volumen de deuda de 119,8 millones, lo que son 10 millones menos que el año anterior.