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Todas las ciudades que habitan en Gijón

Representantes de distintas entidades emblemáticas y expertos locales diseccionaron en el foro del periódico los cambios de los últimos 25 años

Francisco García, Roberto Fernández, María Mitre, Secundino González y Antonio Corripio. Á. G.

Con motivo de la celebración del 25º aniversario de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, el foro cultural del periódico celebró cuatro sesiones especiales en las que se abordaron aspectos de relevancia de distintos ámbitos de la vida local a lo largo del último cuarto de siglo, como el desarrollo del movimiento vecinal, el asociacionismo cultural, la adaptación del comercio tradicional a los nuevos tiempos, los cambios urbanísticos o el éxito sin parangón del deporte popular. En las siguientes líneas se resumen las principales aportaciones de los participantes.

La ciudad rebelde. En el año 1994, el mismo en que LA NUEVA ESPAÑA desembarcaba en Gijón con una edición potente, se inauguraba la estación depuradora de aguas de La Plantona, en la zona oeste de la ciudad, apuntó Adrián Arias, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Gijón. Veinticinco años después, reconoció el líder vecinal, Gijón sigue sin completar su sistema de saneamiento, con la depuradora del este paralizada por mandato judicial y La Plantona también cuestionada por Bruselas. "Es un debate que sigue goteando un cuarto de siglo después", reconoció Arias, quien abundó en la lejana lucha de las asociaciones de vecinos contra el problema de la contaminación, de tanta actualidad esta misma semana.

"Gijón es una ciudad con alma rebelde, solidaria y apegada a la calle y al barrio", señaló el portavoz de los vecinos. Y reconoció que el movimiento vecinal de hace 25 años era "contestatario" y que "con sus luces y sus sombras" fue conquistando "pedacitos de ciudad". Y puso como ejemplo el centro de salud de Zarracina, la implantación de la radioterapia o su influencia en la consecución de mejoras en la trama urbanística, como la peatonalización de la avenida de Schultz. Con la ayuda de los vecinos y sus justas reclamaciones "se hizo la ciudad como la vemos hoy", apuntó Arias. Una ciudad "compacta, social y con barrios que son ciudades dentro de la ciudad".

La ciudad comercial. Carmen Moreno, gerente de la Unión de Comerciantes de Gijón, sin duda la mayor activista en defensa de un sector que genera más de 16.000 puestos de trabajo en esta ciudad, relató los cambios de una asociación "voluntarista a una muy profesionalizada" que empezó a crecer por el centro de la ciudad y que se fue extendiendo por los barrios, en defensa de un fin común: la pervivencia del comercio de cercanía. Moreno puso el acento en la intervención de este sector en conseguir que Gijón "cambiase desde el punto de vista urbanístico", logrando, a petición de los comerciantes, mejoras en la limpieza de calles, la seguridad y el alumbrado público.

Así, Gijón pasó de de una zona comercial muy centralizada en el eje Corrida-Los Moros, a convertirse "en una ciudad comercial" donde el pequeño comercio, que sufrió con virulencia el azote de la crisis, trata de no perder el tren de la globalización y se embarca en la venta "on line" sin perder las fortalezas que le son propias: cercanía, atención personalizada e identidad local.

La ciudad de la cultura. Reunir en una misma mesa a responsables de la Fundación Foro Jovellanos, la Sociedad Cultural Gijonesa, el Foro Jovellanos y el Ateneo Obrero tiene enorme mérito: por sus manos ha pasado buena parte de la actividad cultural de Gijón del último cuarto de siglo. Todos ellos (Orlando Moratinos, Ovidio Rozada, Isabel Moro y Ángel Alonso) reivindicaron en el CLUB LA NUEVA ESPAÑA de Gijón su participación activa en la conformación de una ciudadanía libre y mejor formada. Tras hacer memoria de su pasado (alguna es institución centenaria, como el Ateneo Obrero; otras cuentan con ilustres fundadores, como el Ateneo Jovellanos, que nació de la mano de Torcuato Fernández Miranda, el artífice de la Transición), los responsables de las cuatro entidades estuvieron de acuerdo en la dificultad de atraer gente joven a sus convocatorias. El envejecimiento de los cuadros directivos y la falta de relevo generacional es visión compartida, si bien la Cultural Gijonesa está asumiendo con naturalidad la presencia de chicos y chicas de entre 20 y 30 años "en aquellos actos que son de su gusto". También hubo coincidencia en una aseveración de Rozada: "Asturias y Gijón pueden presumir de ser cultas". No hay ninguna duda: en esta ciudad hay registradas más de un millar de asociaciones de distinto signo y pelaje.

La ciudad desordenada. Un gran conocedor y estudioso del urbanismo local, el historiador Héctor Blanco, diseccionó en el foro del periódico, en una sala repleta de público, los grandes cambios acaecidos en esta ciudad durante los últimos mandatos municipales, los que van de José Manuel Palacio a Carmen Moriyón, pasando por Vicente Alvarez Areces y Paz Fernández Felgueroso. En una intervención rigurosa y cargada de datos reseñables, Blanco reivindicó la figura de Palacio como el mandatario que empezó a cambiar una ciudad "donde aún se pisaba barro en muchos barrios" y del urbanista Ramón Fernández Rañada, autor del plan general de ordenación urbana que finales del pasado siglo. Y que ha estado vigente hasta la pasada semana, tras la anulación por los tribunales de los planeamientos de 2006 y 2011. "El plan Rañada fue un enorme acierto", declaró el historiador, "pues logró poner orden y coser la entonces dispersa trama urbana". Rañada, a juicio del conferenciante, logró el objetivo de "un modelo de ciudad compacta y respetuosa con la zona rural".

Los siguientes doce años, ya bajo el mandato de Areces, "se levantó una ciudad nueva", con el relato de un buen número de obras ejecutadas que cambiaron la fisonomía de un Gijón desordenado. "Tras este ciclo positivo llegó una negativo" que, a juicio del conferenciante, supuso la anulación de los planeamientos de la época de Fernández Felgueroso al frente del poder municipal. Blanco recordó los dos grandes proyectos fallidos del último cuarto de siglo: la finalización del Plan Integral de Saneamiento de 1991, con la depuradora de la zona este de la ciudad paralizada por mandato judicial; y el plan de vías, que lleva más de una década sometido a vaivenes y que aún no tiene fecha para la firma del convenio que vincula a las tres administraciones implicadas en su financiación: el Estado, el Principado de Asturias, y el Ayuntamiento.

La ciudad del deporte. Para pasar revista a la actualidad, al pasado reciente y al futuro inmediato del deporte popular en Gijón, el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón reunió a los presidentes de entidades señeras como el Grupo Covadonga y el Natación Santa Olaya, Antonio Corripio y Secundino González, respectivamente; a la vicepresidenta del Club de Tenis, María Mitre y al director del Patronato Deportivo Municipal, Roberto Fernández. Las tres citadas entidades reúnen a más de 55.000 socios, practicantes habituales de actividades deportivas, lo que supone uno de cada cinco gijoneses. Una cifra "bárbara" si la oferta privada de esos tres clubs se suma a la oferta pública del Patronato, cuyas instalaciones registraron el pasado año 1.800.000 utilizaciones.

Hablar de deporte en Gijón "son palabras mayores", destacó Corripio, presidente de una institución señera que cuenta con 39.049 socios y casi ocho mil cursillistas. Educar en valores a los jóvenes deportistas y favorecer el binomio deporte-salud "para ayudarnos a envejecer mejor" fueron aspectos que surgieron en el debate, como también un torrente de datos que confirman la lejana vinculación de Gijón con el deporte, de élite y popular. Por ejemplo: 28.000 personas de distintas edades practican habitualmente "running"; las instalaciones deportivas municipales permanecen abiertas 68.000 horas al año, plazo en el que se celebran 280 eventos deportivos relevantes "que suponen un revulsivo económico para la ciudad", en palabras del director del Patronato Deportivo Municipal.

Y como conclusión, las cuatro entidades reunidas en este último debate del 25 aniversario de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón apoyan la candidatura local como sede del futuro grado universitario del Ciencias del Deporte. "Nadie aporta tanto ni más medios en Asturias para albergar esos estudios", coincidieron Corripio, González, Fernández y Mitre.

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