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Las tertulias de Fomento

Visiones sobre la contaminación

Administración y empresarios piden no alarmar sobre la situación ambiental mientras vecinos y ecologistas exigen más controles

De izquierda a derecha, Álvaro Alonso, Adrián Arias, Benigno Fernández Fano y Paco Ramos, en LA NUEVA ESPAÑA de Gijón. MARCOS LEÓN

Con alerta de contaminación en Gijón y en el centro de Asturias desde el domingo de la semana pasada, el viceconsejero de Medio Ambiente del Principado, Benigno Fernández Fano; el portavoz de Ecologistas en Acción en Asturias, Paco Ramos; el secretario general de la Cámara de Comercio de Gijón, Álvaro Alonso y el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Gijón, Adrián Arias, debatieron sobre la contaminación.

Alerta en Asturias

Paco Ramos califica de "modelo" lo que se ha hecho en Asturias activando la alerta, cuando en otros sitios de España que están "igual o peor han mirado para otra parte". Considera que la activación del protocolo es un efecto de la presión social, algo en lo que coincide Adrián Arias.

Fernández Fano dice que el protocolo "se ha activado cuando se tiene que activar, por los niveles de contaminación más las previsiones meteorológicas que tienen que ser adversas, y hemos sido muy rigurosos en la aplicación. En esta cuestión los políticos no tomamos decisiones, hay un servicio y unos técnicos que activan el protocolo cuando consideran que tiene que ser así, no antes".

El viceconsejero también admite que habrá cuestiones que mejorar en el futuro, como el que en esta ocasión el consorcio de transportes no estuviera preparado para ofrecer el billete gratuito en el transporte público o el retraso de un día en la coordinación con los ayuntamientos.

Arias apunta que "con el cambio climático van a aumentar las situaciones meteorológicas que inciden en la contaminación", cuestión con la que coincide el viceconsejero, mientras Ramos considera que las alertas se van a repetir "en los próximos 3 o 4 años, en tanto se avance en toda la adaptación de sectores industriales" a la normativa ambiental europea.

Álvaro Alonso destaca "el rigor" con el que han actuado las administraciones. Alonso y el viceconsejero coinciden en plantear que no se cree alarmismo con la contaminación atmosférica.

El portavoz de Ecologistas en Acción considera que se debe concienciar a los conductores sobre la necesidad de reducir la velocidad, no multarlos para que "no tengan la sensación de que se es mucho más exigente en las cuestiones privadas que con los mayores emisores" que son las industrias. Fernández Fano niega que la administración cargue las tintas con la ciudadanía: "Sabemos lo que contamina la industria y el vehículo. Todas las medidas del protocolo se acuerdan en comisión".

El origen de la polución.

Fano considera que han "convertido el problema de calidad del aire con un problema industrial, que no lo es; participa pero no lo es", cuestión de la que discrepa Arias aludiendo a los picos horarios de contaminación en Gijón en horario nocturno, cuando no hay tráfico y a los estudios que encargó el Principado sobre el origen de la contaminación en Gijón, que apuntan a la industria en la zona oeste.

El viceconsejero dice que la alerta no se debe a la industria, sino a polvo del desierto del Sahara arrastrado por el viento a lo que Paco Ramos replica que "la pluma de intrusión de polvo sahariano pasó por la costa atlántica dirigiéndose hacia Escandinavia. En Asturias sólo tocó y con concentraciones muy bajas de polvo, el oeste de Asturias" y remarca que cuando se dan los peores valores de contaminación "son fundamentalmente de origen industrial". El directivo de la Cámara pone el acento en que "el tráfico por carretera es una de las causas fundamentales, además de la ausencia de lluvia y de viento.

El sistema de control.

Fano destaca que en Gijón y en Asturias hay muchos más puntos de control de la contaminación del aire de los que exige la normativa y que las estaciones de control "cumplen estrictamente" los criterios de implantación: "no decide ningún político dónde se ubica una estación, sino los técnicos".

Paco Ramos señala que ha habido constataciones de mala ubicación de estaciones de control como se vio con el cambio de la de Trubia y trae a colación la unidad móvil estacionada en El Lauredal, a menos de un kilómetro de la estación de control de la Avenida de la Argentina, ubicada entre edificios altos, donde "esta última semana se superaron los 50 microgramos por m3 de aire a la hora de PM10 durante varios días, mientras en El Lauredal se superaron los 100" y más días, con lo que de tenerse en cuenta esos datos la alerta decretada hubiera sido de mayor gravedad. Álvaro Alonso considera que "eso es una suposición", mientras el líder vecinal apunta que "son datos objetivos".

El viceconsejero recuerda que el Principado ha encargado al Instituto de Salud Carlos III un informe para que les diga esta año "si están bien o si están mal colocadas las estaciones. Y si están mal, las colocamos donde digan". Respecto a tener en cuenta las mediciones en El Lauredal desvela que "le hemos dicho al Ayuntamiento que si la unidad móvil de El Lauredal quiere formar parte de la red para medir la calidad del aire de la población residente, pídalo, que lo incorporamos. No tenemos ningún problema, pero cumpliendo las condiciones que están en el decreto, no otras. Así de claro. Esto ya lo dije en una comisión de seguimiento del plan de calidad del aire en la aglomeración de Gijón".

Fano también cuestiona que grupos ecologistas tomen como referencia los niveles de contaminación de las estaciones de control privadas, "que se utilizan para hacer los controles de emisiones de la industria, no para medir la calidad del aire de la población residente", dice. Algo a lo que Ramos replica que "la estación que tiene ArcelorMittal en Monteana está en una zona habitada y por lo tanto esos datos tienen el valor de la gente que vive en esa zona y también son significativos", aunque sea una estación empresarial.

La industria.

Fano destaca que el Principado ha impuesto "con una negociación durísima" nuevos límites de emisión al sínter de Arcelor, que suponen que en 2019 el sínter A va a reducir en un 75% sus niveles de emisión, pasando de un límite de emisión de 50 miligramos de partículas por m3 de aire a 10, cuando con un límite de 20 ya se habrían cumplido las directrices europeas. "Reconociendo que esta instalación siderúrgica tiene un efecto importante en emisiones del sínter A y el B, el plan de inversiones a corto plazo va a significar una mejora importante", agrega. Paco Ramos apunta que Arcelor lleva años incumpliendo el límite anterior de emisiones del sínter y que el nuevo límite ya tendría que haberse fijado en 2016.

El viceconsejero considera que en las grandes industrias de Asturias hay "un nivel de implicación en mejora importante. Lógicamente ellos buscan todos los subterfugios jurídicos y legales que tienen, pero veo una implicación importante" en mejorar.

El responsable cameral insiste en pedir "que no se creen situaciones de alarma no fundadas, porque crean un daño muy importante para el futuro de la industria", destaca "el compromiso de la industria en esta última década" con inversiones medioambientales y reclama que "las políticas medioambientales que se vayan poniendo en marcha deben ser especialmente cuidadosas con la empresa asturiana para no crear situaciones que dificulten su competitividad internacional. Se necesitan mecanismos de flexibilidad que faciliten el cumplimiento de los objetivos, que en muchos casos, por lo tremendamente costosos que son para aplicar las mejores soluciones técnicas, vayan acompasando esas inversiones como se ha venido haciendo", tomando como referencia lo hecho con Arcelor. Alonso indica que los límites de emisiones que impone el Principado son más estrictos que los de comunidades vecinas, como Galicia, "en el sector cafetero, el sector de fundición y del sector funerario. El nivel de exigencia en Asturias en determinados sectores es especialmente exigente. Si de algo no se puede acusar al Gobierno del Principado de Asturias es de ser negligente a la hora de exigencias medioambientales, sino que de lo que sí nos quejamos en algunos casos es en el sentido contrario".

Fano insiste en que se optado por poner el límite más bajo a las emisiones de los sínter de Arcelor "porque es una garantía para la ciudadanía. Limita la producción y obliga a más inversión y a la gente de Arcelor no le encanta lo que hicimos", mientras Paco Ramos recuerda que la medida llega con retraso y que en 2008 ya pidió que se hiciera el estudio sobre el origen de la contaminación que el Principado no encargó hasta 2017.

Respecto a la petición empresarial de flexibilidad, Ramos considera que "no puede haber flexibilidad en el incumplimiento de la ley. Los planes de generación eléctrica de las térmicas son de 1989 y los plazos que se dieron para la primera autorización ambiental integrada fueron de 13 años. Flexibilidad ha habido, el problema es cuando hay tanta y llegan decisiones como las que va a tomar la UE, que nos va a multar por no cumplir la autorización ambiental integrada del sector siderúrgico, lo pagaremos todos los habitantes del Reino de España por haber sido demasiado flexibles".

Fano pide "mirar hacia adelante. Hay un problema en calidad del aire reconocido públicamente por los responsables políticos en 2017. Se negó, pero no se niega" y hay un plan medioambiental de Arcelor que va a reducir drásticamente la contaminación del sínter, algo esto último que reconoce el dirigente ecologista, que añade que con la nueva autorización ambiental "también se corrigen errores del pasado, como la mala colocación de captadores de los hornos altos. Si todo ese plan se aplica, la mayor parte de las emisiones difusas y las puntuales se van a corregir, con lo que esto, sumado al fin de las baterías en la comarca de Avilés, esto va a ser otro mundo".

Presión social.

Alonso señala que las empresas han acometido "inversiones y esfuerzos millonarios" que se tardan muchos años en amortizar, agregando que "la legislación medioambiental en los últimos años ha avanzado de manera exponencial y teniendo en cuenta lo que son los periodos de inversión, de análisis y de implantación de esas medidas, se ha ido haciendo de una manera ordenada y en la medida en la que se ha ido pudiendo", sin actuar "por presión" social sino por "responsabilidad social corporativa en las empresas".

Fano, que resalta que la calidad del aire en Asturias es similar a la de comunidades limítrofes, lamenta que "en ocasiones lo que se está generando en esta comunidad autónoma es que esto es un problema de primer orden".

El líder de la FAV opina, en cambio, que "la presión social ha sido determinante para un cambio de tendencia dentro del Gobierno", para que lleguen las inversiones medioambientales y que las empresas tengan una mayor responsabilidad social, "que ya era hora".

Para Fano, "cuando el criterio es lógico y la reivindicación ajustada, todo es más fácil. El problema es que en muchas ocasiones en esta comunidad autónoma esto se ha llevado al disparate", agregando que "respecto a las condiciones de explotación, desde el punto de vista medioambiental, que tienen las industrias, no atendemos ni a la presión de los grupos medioambientalistas ni a la presión social, atendemos a la normativa, derivada de la normativa de la UE", considerando que grupos conservacionistas o vecinales usan la información "de forma torticera".

Dado que en Asturias hay 63 grupos ecologistas, algunos con 3 miembros, Álvaro Alonso estima que "no se representan ni a sí mismos. Hay muchas asociaciones, incluidas de vecinos, que no se representan ni a sí mismos. Con muy poca representación y muy poco nivel de afiliación. No como la Cámara, que tiene representación universal".

Efectos sobre la salud.

Paco Ramos señala que en base a los estudios científicos, "a estas alturas está fuera de discusión los efectos de la contaminación sobre la salud. Los informes de emisiones contaminantes de la industria en una zona, asociados a los datos sanitarios, nos dan una clara indicación. En el caso de Asturias está claramente estudiado, desde la pérdida de esperanza de vida, incremento de ingresos hospitalarios o incremento de accesos a urgencias. No hay para muchos contaminantes un valor límite seguro. Y tenemos unos valores legales que no coinciden con los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), porque la legislación es de compromiso con sectores diversos, mientras que la información científica plantea valores distintos. Cada vez sabemos más de la correlación entre contaminación, salud y cambio climático".

Fernández Fano indica que "contaminación y salud es un binomio con una interrelación clara. El problema está en determinar cuáles son los niveles de afección, en función de los niveles de contaminación. El informe de la OMS dice las personas que mueren al año por contaminación, pero el 75% de ellos es en el tercer mundo por contaminación en el interior de su hogar. Ahora, negar que existe una población especialmente sensible a niveles elevados de contaminación es un absurdo. Pero es difícil cuantificar el efecto del nivel de contaminación sobre la salud de la población, porque no es un efecto único; el concepto de salud es más amplio. Sería deseable contaminación cero, pero no es posible. Pero ante un nivel de contaminación como el que tenemos en Asturias no se puede alarmar diciendo que es un veneno".

Álvaro Alonso opina que "es cierto que las emisiones afectan a la salud, como otros hábitos de vida de las personas, pero sería un mensaje alarmista, erróneo y no riguroso lanzar esa especie de mensaje a la ciudadanía de contaminación que parece decir que 'nos estamos muriendo como consecuencia de'. No es cierto y hace un daño tremendo a la imagen de Asturias, de su industria y su turismo. Cuando afecta a la salud es como otra serie de hábitos y modos de vida de la persona. Y lo que es objetivo es que la esperanza de vida en los últimos años en Asturias ha aumentado. No se niega que la contaminación afecte a la salud, pero es que correr maratones en exceso afecta a la salud, por eso todos los deportistas profesionales están cojos".

Ramos responde que "hay que diferenciar los factores de salud que se deben a decisiones individuales con aquellos a los que estamos expuestos sin tomar decisiones sobre ellos, como es la contaminación. El tabaco juega en otra liga, mientras que el fumador pasivo juega en la misma liga que la contaminación atmosférica", añadiendo que la esperanza de vida ha aumentado por la mejora en la alimentación y en el sistema de vida.

Fano apunta que "todos los estudios serios que hay saben que hay una población mucho más sensible y la salud es un complejo multicausal. Por lo tanto, este factor bueno no es, malo en términos estrictos puede serlo y no es posible determinar lo que se está haciendo. Cuando se dice que la contaminación va a provocar tantos muertos en España, eso es una pura falacia".

Para el portavoz ecologista "los márgenes de error se dan en toda estadística, pero la correlación entre cuántos microgramos sube y en cuanto se incrementa la afección a la salud están superdefinidos, como los estudios del Carlos III sobre en cuanto se incrementa la mortalidad en función del aumento de las PM10. Por lo tanto, tenemos que avanzar hacia niveles cada vez más seguros".

Adrián Arias recuerda que un informe epidemiológico efectuado por la Consejería de Salud del Principado relaciona el aumento de la contaminación con la asistencia a urgencias de menores de 15 años por asma y de personas mayores por Epoc, una correlación que cuestionan el representante cameral. Álvaro Alonso plantea que si el índice de asistencia a urgencias por enfermedades respiratorias es mayor en Gijón que en Oviedo es "porque hay más jubilados" y además Sanidad considera que buena parte de las consultas de urgencias están injustificadas. Fernández Fano insiste en que "es muy difícil establecer una relación directa" y añade que "seguramente tenemos que admitir el binomio contaminación alta, peor calidad de vida y afección a la salud. El problema está en cuantificar esa cuestión".

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