Tras cuatro días de pasacalles, verbenas y concursos de disfraces, el tradicional entierro de la Sardina puso ayer punto final al Antroxu de este año. Lo hizo frente a miles de gijoneses que se acercaron desde primera hora de la tarde a mostrar sus condolencias a los amigos y familiares de "Cuca", que fue velada en el Paseo de Begoña. "Hemos perdido a una sardina de metro ochenta, menuda pérdida", se lamentaba Rosie la remalladora, su inseparable amiga, que estuvo ayer arropada por sus primas gallegas, "Las conserveras", que viajaron desde Ferrol para acompañarle en el duelo.

Rosie no tardó en aclarar los motivos de la muerte: "Ha sido una semana de desenfreno total. El otro día en el concurso de charangas la presentadora Raluca Marica le mordió y fue letal. Después de horas de locura en Fomento, "Cuca" quiso morder las "letronas" y estrellose". La remalladora tiene, no obstante, su propia versión: "Yo creo que el motivo verdadero de la muerte es que Cuca nunca superó lo de cambiar de nombre y personalidad. Ella nunca fue parte de la chusma".

Muchos fueron los gijoneses que se acercaron al féretro a darle el último adiós a "Cuca", una de las mascotas del Antroxu más queridas hasta la fecha y más reivindicativas. Así lo recordó ayer Rosie: "Si algo quiso que se recordara de ella fue su lucha para acabar con la contaminación en los mares. Hay que ser más cuidadosos con el plástico. Cada vez hay menos sardinas en el mar"

El cortejo fúnebre arrancó tras la entrega de premios a las charangas y carrozas en el Paseo de Begoña. Además de Rosie y sus primas gallegas, su chófer Hilarión, que también se mostraba muy sobrecogido por la pérdida, acompañó al séquito hasta su llegada a la plaza del Marqués. Las comparsas, que salieron según el orden de la clasifación en los premios, cerraron la procesión a golpe de timbal.

El momento más emotivo de la noche llegó poco después, con la lectura del testamento de la parrocha, que cientos de gijoneses siguieron atentamente desde la plaza del Marqués. "Cuca" se fue dejando un mensaje en defensa del planeta "que va a durar dos días" si no se cuida y criticando a quienes incendian los bosques o llenan de plásticos el mar. "Toi muerta de rabia, cabreada y resentida por el fuego y les fogueres. Muero muy triste y galdia con todos esos incendios. ¡A dónde quieren llegar! Destrozando día a día el planeta, la tierrina, las playas y las marinas", clamó.

La Sardina también quiso dejar un legado a las mujeres y, ante la proximidad del 8M, dejó otro aviso: "Que dejéis a les muyeres de una vez vivir tranquilas y garrar las riendas, quel futuro es feminista". La política se coló varias veces en el testamento de la parrocha, que advirtió a los gijoneses "que cuidado a quien votáis, que hay mucha mierda escondida, píntenlo todo muy guapo y después la rebajina".

Y, por último, un guiño a Tini Areces, fallecido el pasado mes de enero: "Yo marcho con Tini Areces al cielo de las sardinas, que ya tuvo bien de charra, de dar la parpayuelina".

Así terminó el Antroxu de este año, que vino acompañado del buen tiempo y destacó por la gran participación ciudadana. La ciudad aprovechó hasta el último día para festejar el carnaval, como los vecinos de Pumarín, que celebraron ayer su propio desfile de charangas. "Folixa pa toos", "La Guaxa", "Gijonudos", "Los tardones" y "Los corraones", todas ellas comparsas del barrio, pusieron la música y animaron el pasacalles, que arrancó y culminó en la calle Gaspar García Laviana. "Ha sido un éxito de gente y de participación. Desfilaríamos unas doscientas personas", afirmó Esteban Calleja, presidente de la asociación de vecinos Severo Ochoa.

Muchos han sido los colegios y asociaciones que se han sumado estos días al Antroxu, como los vecinos de Nuevo Roces, que celebraron su propia fiesta de disfraces, y los vecinos de Granda, que hicieron lo propio el pasado sábado.