La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La gripe se va después de un invierno con merma de incidencias y menos vacunados

El área sanitaria inyectó unas 54.500 dosis con nuevas cepas y mayor cobertura, aunque disminuye el número de pensionistas que la solicitan

La gripe se va después de un invierno con merma de incidencias y menos vacunados

La gripe parece haber pasado de puntillas por el área sanitaria V, al menos, si se compara con la agresiva epidemia de los dos últimos años. A falta de que se cierre oficialmente la campaña de vacunación, los expertos barajan la idea de que el cambio en el contenido de las dosis de este año, sumado a que las primeras incidencias no se adelantaron como en inviernos anteriores, haya surtido un mejor efecto en la población que, sin embargo, sigue retrasándose a la hora de vacunarse. Los datos provisionales apuntan a que en el área gijonesa se han aplicado unas 54.500 vacunas, dato similar a las de años anteriores, mientras que en el Hospital de Cabueñes advierten de un "considerable descenso" en el número de ingresos por gripe: el año pasado se instalaron un centenar de camas de refuerzo y este año apenas se superaron las 50 en los peores días. "Parece que la gente se ha vacunado lo mismo pero ha enfermado menos", resume el personal sanitario.

La campaña de vacunación se cerró "en teoría" el día 31 de diciembre, tal y como estaba previsto en toda la región, pero la excedencia de dosis hizo que el Sespa autorizase ampliar el servicio hasta finales de febrero o principios de este mes. Los últimos datos oficiales, correspondientes a mediados del mes pasado (que es cuando se dio por terminada el grueso principal de la campaña), apuntan a que en el área sanitaria V se vacunaron unos 40.800 usuarios mayores de 65 años, unos 12.800 de entre 15 y 64 años y otros 920 menores de 15, así como otros 900 profesionales sanitarios. "Siempre hacemos más hincapié en que se vacune la gente mayor y este año parece que pasaremos por los pelos el 50% de participación, porque teníamos registrados a 77.000 usuarios de a partir de 65 años. El dato es similar a años anteriores, pero lo ideal y lo efectivo para evitar epidemias sería que se vacunase 65%. Estamos estancados desde hace años; la gente sigue sin ver la vacuna como algo imprescindible", asegura Federico Fernández, responsable de la vigilancia epidemiológica del área sanitaria local.

El personal sanitario, por su parte, asegura que las incidencias de este invierno no se acercan "ni de lejos" a las registradas en la epidemia gripal del año anterior. Los informes epidemiológicos publicados estos últimos meses por el Sespa lo confirman. Durante los días de mayor incidencia, las correspondientes a finales de enero y principios de febrero (que es cuando la gripe alcanzó sus máximos epidémicos), el área V registraba unos 600 casos nuevos por semana, unos números similares a los que por las mismas fechas registraba el área sanitaria III de Avilés (que tiene alrededor de la mitad de la población) y muy lejos de los 1.200 casos que se notificaban esos días en el área sanitaria ovetense.

Los expertos no se atreven a relacionar este menor número de incidencias con la nueva campaña de vacunación, que se modificó este año para que todos los mayores de 64 años recibiesen una vacuna con tres cepas del virus de la gripe y un activante (antes solo se aplicaban a los ancianos institucionalizados en residencias y hospitales) y que los menores de 65 recibiesen una vacuna con cuatro cepas (dos del virus de tipo A y dos del B) y no sólo tres como en años anteriores. "De momento parece que al ampliar el espectro de las vacunas, al menos, no se han registrado más casos. Lo cierto es que es difícil de prever este tipo de epidemias porque no podemos saber qué virus se va a propagar con más agresividad cada invierno", matiza Fernández, que asegura que la menor virulencia de este año también puede deberse a que la gripe empezó a manifestarse a finales de diciembre. "En los dos últimos años se había adelantado y la campaña de vacunación no pudo funcionar a tiempo. Como tarda un par de semanas en hacer efecto, muchos se contagiaron antes de estar protegidos incluso estando vacunados", añade el experto.

Lo que sigue sin quedar claro es por qué siguen sobrando vacunas. "Los usuarios siguen esperando a última hora para vacunarse, suponemos, porque de primeras no le dan importancia y después empiezan a ver a conocidos que caen enfermos. Hay que concienciar a la gente de que vacunarse a estas alturas del año no da las mismas garantías que hacerlo en diciembre. Suena algo absurdo que en pleno febrero haya gente vacunándose contra la gripe y es más común de lo que parece", completa Fernández.

En términos generales, la epidemia gripal alcanzó su pico máximo a finales de enero y desde entonces no ha parado de bajar, por lo que en principio se descarta cualquier tipo de repunte ya hasta el próximo invierno. Desde el equipo de vigilancia epidemiológica explican que, como viene siendo habitual, el virus más agresivo ha sido el del tipo A. Hace un par de semanas el Sespa registraba un total de 9 casos mortales en la región (después dijo que se notificó "algún caso más" pero no llegó a concretar), todos ellos correspondientes gente de avanzada edad y de grupos de riesgo.

Compartir el artículo

stats