Alojarse en un hotel es, en no pocas ocasiones una lotería. Escoges la zona (eso es lo más evidente), te dejas guiar por las opiniones de los demás viajeros o incluso por las de gente cercana y te decides a hacer la reserva no sin antes cerciorarte del precio, que es para muchos lo más importante. Lo bueno es que ahora todos los viajeros cuentan con una herramienta más que útil cuando van a visitar una ciudad: una web en la que se pueden consultar opiniones de otras personas que han estado en ese mismo establecimiento antes y que han disfrutado (o han sufrido) en sus instalaciones. Entonces ¿cómo es dormir en el que se considera el peor hotel de Gijón?

A juzgar por las opiniones que se pueden leer en la web es una experiencia nada recomendable ya desde que llegas. “La bienvenida fue fatal, un chico muy borde que me habló como si fuera tonta”, relata una de las últimas pasajeras que dio con sus huesos en la cama de este establecimiento que tiene una pésima valoración en todas las webs de reserva de alojamientos. Una vez que llegas a la habitación la experiencia parece que no mejora. “Habíamos reservado una cama matrimonial y cuando llegamos había dos camas de menos de 90. Las sábanas estaban sucias (adjunta una foto en la que se ven cercos rojos en una de ellas), hacía mucho frío y un fuerte olor a cloaca. Primera y última vez, no lo recomendaría para nada”, sentencia por su pate una turista internacional que acudió a Gijón durante unas vacaciones en otoño. (Aquí puedes leer el irónico zasca que le dio en internet el dueño de otro hotel de Gijón a un cliente que le criticó en una web de opiniones).

“Es de vergüenza, caro, malo, sucio, lamento no haber mirado los comentarios antes de contratar 300 euros por tres habitaciones y por una noche. El baño es minúsculo, las camas incómodas, no se lo recomiendo a nadie”, afirma por su parte otro cliente, en este caso nacional.

“Es muy caro para lo que ofrece. Las camas son muy pequeñas e incómodas. Fuimos un fin de semana, más llegaría a resultar agobiante. Las paredes son de papel de fumar y se oye todo. No pienso repetir en este sitio”, afirma una tercera mujer que visitó la ciudad hace apenas unas semanas. Lo cierto es que hay quién incluso va más allá y asegura que alojarse en este hotel ha sido la peor experiencia de su vida. “Nos dieron una habitación oscura y fría en el entresuelo. La calefacción estuvo congelada durante toda la estancia a pesar de los cinco grados en la calle. No lo recomiendo para nada”, sentencia un turista. Lo cierto es que hay opiniones malas incluso entre quienes no se alojaron en el local: “Anulamos diez días antes y nos cobraron un recargo de la leche, las llamamos y nos insultaron. Hay cucarachas y un gato debajo de la cama y encima me desapareció una cartera con 100 euros”, puntualiza otro cliente.