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Las tertulias de Fomento

Tres décadas de conquistas

La Federación vecinal cumple 30 años liderando muchas de las movilizaciones que ayudaron a levantar el Gijón actual, desde el centro de salud de Zarracina al plan de vías

Tres décadas de conquistas

El penúltimo día de febrero de 1989, en el salón de actos de la residencia para la tercera edad de San Pedro, se constituía la Federación de Asociaciones de Vecinos de Gijón. En aquel momento, fueron once las entidades vecinales que pasaron a formar parte de la recién inaugurada Federación, cuyo primer presidente fue Óscar Piñera, representante de los vecinos de Ceares, El Coto y Viesques.

Treinta años han pasado ya de entonces y, por el medio, innumerables cosas. Más de media docena de presidentes, un crecimiento hasta llegar a englobar a una treintena de entidades -28 en la actualidad- y, sobre todo, infinidad de reuniones, luchas, victorias, alguna derrota, manifestaciones y conquistas. Todo marcado por el sello del movimiento vecinal: cooperación, colaboración, ayuda y batalla.

Un ADN que, tres décadas más tarde, la Federación vecinal sigue manteniendo, aunque haya mutado. Las luchas ya no solo se ganan en las calles, sino en los despachos. Las manifestaciones se convocan por redes sociales en vez de pegando carteles. Las reuniones ya no hablan de radioterapia o del centro de salud de Zarracina, sino del sempiterno proyecto de integración ferroviaria de la ciudad, la necesidad de una participación real y el inalienable, imparable, empoderamiento de la sociedad civil.

Lo que no ha cambiado es el espíritu de batalla con el convencimiento de que nada de lo que tiene esta ciudad le vino sobrevenido, sino producto de una concienzuda lucha por aquello que, en cada época, se creía necesario. Todo eso que construyó el Gijón que hoy conocemos gracias a la batalla de muchos, bajo el sello de las conquistas realizadas por la Federación de Asociaciones de Vecinos de Gijón.

Mejor que nadie lo saben José Fernández García, "Pepín"; Juventino Montes García, Tita Caravera Bada y Adrián Arias Mieres, cuatro de los presidentes que la Federación tuvo en estos treinta años. Todos ellos se reunieron en la Tertulia de Fomento de LA NUEVA ESPAÑA para repasar las grandes conquistas, las luchas, los mejores y peores momentos de la entidad y también para echar un vistazo al futuro, a los grandes retos de la ciudad, que son los de la Federación.

Mejores recuerdos. Tres décadas de vida de la Federación hacen que, quienes viven sus entresijos, su día a día, atesoren grandes recuerdos. "El mejor momento para mí fueron las grandes conquistas que conseguimos con el centro de salud de Zarracina y la radioterapia", rememora Juventino Montes, presidente de la Federación entre 1999 y 2005. Otra lucha, y otra victoria, es el recuerdo más positivo que guarda José Fernández, "Pepín", presidente entre 1994 y 1999: "Cuando conseguimos terminar con la Confederación de Asociaciones de Vecinos de España, que era un nido de corrupción". En aquella lucha también estuvo Tita Caravera, que ostentó la presidencia entre 2011 y 2016. Su mejor recuerdo, no obstante, es otro: la creación de la plataforma del plan de vías. "Vinieron en masa todos los partidos, los sindicatos, todo el tejido asociativo, el movimiento vecinal...", recuerda Caravera, "costó mucho pero se logró. Vino hasta el Partido Popular, que estaba en el Gobierno, y no querían venir, pero al final accedieron". El actual presidente de la Federación, Adrián Arias, que ostenta el cargo desde 2016, cree que el mejor momento fue "la etapa de consolidación de la FAV, cuando comenzamos a trabajar todos juntos, en un mismo sentido, trabajando para toda la ciudad, con una estrategia bien definida". Y avisa, "esa buena etapa aún no terminó, ahora estamos recogiendo todo lo que sembramos".

Malos momentos. Y es que, en estos treinta años, la Federación también sufrió momentos malos. Sobre todo relacionados con luchas cainitas dentro de la propia entidad. "Tuvimos muchos altibajos", confirma Tita Caravera. Sabe bien lo que dice, ya que cuando ella asumió la presidencia vecinal la Federación pasaba un gran bache. "La FAV está ahora en uno de sus mejores momentos, a la altura de los años de principio de siglo", explica la actual dirigente vecinal de La Arena, "la Federación siempre ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, pero a las asociaciones, de forma individual, les cuesta más, lo hacen mucho más despacio". Uno de esos peores momentos se vivió en la asamblea que reeligió a Caravera como presidenta en el año 2014. "No se buscaba construir, se buscaba destruir lo que se estaba haciendo, se creó una ruptura muy grande en el movimiento vecinal, hubo muchos episodios de sectarismo", rememora Adrián Arias, actual presidente de la Federación. "Había quien no entendía que teníamos que abrirnos y trabajar con otros colectivos. Pensaban que éramos el ombligo del mundo", refrenda Caravera, que vivió en sus propias carnes aquella época. Con ellos coinciden también Pepín Fernández y Juventino Montes: "Los primeros años de la FAV también fueron convulsos, había muchas luchas intestinas".

¿Qué cambiaría? "Un dirigente vecinal tiene que tomar, en ocasiones, decisiones que mucha gente no entiende, pero el tiempo suele darnos la razón". La reflexión la comparten todos los presidentes de la Federación. Todos pasaron por momentos en los que se dudó de sus decisiones, de su capacidad e incluso de su integridad. "Había veces que el acuerdo estaba ya conseguido, pero nos pedían confidencialidad hasta que se hiciera oficial, y teníamos que tragarnos la bronca de mucha gente que nos llamaba vendidos por ordenar paralizar las movilizaciones", recuerdan los más veteranos. Por ello, todos responden al unísono al ser preguntados por si cambiarían algo de lo realizado durante su estancia en el cargo. "Nada. Todo lo que hice lo hice pensando en el bien de todos, en el de la Federación, los vecinos y la ciudad. Pude haberme equivocado, pero en el momento siempre pensé que era la mejor decisión", responde por boca de todos Juventino Montes.

El mayor orgullo. Treinta años de luchas conllevan algunas derrotas, pero, sobre todo, muchas victorias. Son conquistas que pueden parecer insignificantes pero que cobran mucha mayor relevancia con el tiempo o, por contra, grandes logros que se diluyen con el paso de los años. Pero lo que no cambia es el orgullo que sienten los dirigentes vecinales por conseguirlas, tras tanto esfuerzo para lograrlo. "El logro más importante de la Federación vecinal fue incorporar a la mujer", sentencia Pepín Fernández. Una máxima que apoya Tita Caravera, la gran impulsora de la vocalía de la mujer de la FAV. "Las mujeres éramos de segunda", recuerda la dirigente vecinal, "nosotras veníamos de lo privado, de estar en casa, mientras que los hombres venían casi todos de sindicatos o partidos políticos, llegaban ya formados". De ahí la importancia de la vocalía. "Nos permitió conocernos entre nosotras, crear redes, participar de los temas que más de cerca nos tocaban", explica Caravera, "eso dio pie a que muchas mujeres pudieran llegar a puestos más importantes, que siguen ostentando hoy en día". Juventino Montes recuerda con cariño "los acuerdos a los que llegamos para poder trabajar con independencia, sin la injerencia de partidos políticos". Y, nuevamente, dos de las grandes conquistas vecinales de la historia de Gijón, ambas conseguidas en su época: "La consecución del centro de salud de Zarracina y traer la radioterapia a la ciudad". El actual presidente de la FAV, Adrián Arias, destaca "los grandes momentos de unidad de la Federación, que se convirtieron en símbolos con mucha carga". Así, rememora el plantón a los consejos de distrito, que sigue en pie. "Nos plantamos todos a la puerta del Ayuntamiento pidiendo una participación real. Nos pusimos todos de acuerdo y dimos una imagen de ciudad enorme, fue un puñetazo encima de la mesa", analiza. Una imagen de unidad que se repitió en la plataforma del plan de vías.

Grandes luchas. Gijón no sería lo que es hoy en día, en buena medida, sin el quehacer del movimiento vecinal. Si hay un legado que deje la Federación de Asociaciones de Vecinos de Gijón a la villa de Jovellanos son sus grandes conquistas para la ciudad. "La verdadera batalla fue el urbanismo. Gijón era un desastre, no se caminaba por las calles", asegura Pepín Fernández, "nosotros logramos reunir todas las reivindicaciones de cada asociación de vecinos y juntarlas en una causa común que beneficiase a toda la ciudad" ya que, entiende el dirigente vecinal, "el papel de la FAV no está en cuestiones pequeñas, sino en cosas globales que afecten a todos como la sanidad, el transporte o la relación con las instituciones". El veterano presidente vecinal rescata otra gran batalla librada por la Federación: el acceso a la vivienda. "Trabajamos mucho para conseguir viviendas cooperativistas, fue una labor impresionante, con una dedicación total. Pero es que era una necesidad total, la gente no tenía acceso a la vivienda", explica. "La Federación tiene que hacer las batallas importantes, pero también oler las otras, tiene que saber canalizar y dar respuesta a demandas ciudadanas muy importantes", coincide Adrián Arias, "muchas veces peleamos por cosas importantes, pero la gente no lo ve así y no cala".

Centro de salud de Zarracina. Una de las primeras muestras del músculo vecinal de esta ciudad fue la consecución del centro de salud de Zarracina. Se planteó situar el ambulatorio en un emplazamiento que no gustó a los vecinos, que lucharon a brazo partido para conseguir que se colocase donde ellos demandaban. "Fue impresionante", acierta a comentar Juventino Montes, "había gente manifestándose todos los jueves, llenando autobuses para ir a Oviedo, a Presidencia, a reclamarlo. Todo venía rodado, solo hacía falta coordinar a la gente". Pepín Fernández recuerda los albores del conflicto. "Era poca gente, sobre todo mujeres, y desde la Federación decidimos apoyarles. Eran gente de bien que nunca había ido a una manifestación, nunca se habían politizado, pero que llegado el momento lucharon todo lo que pudieron y más por lo suyo". Una lucha que, tras mucho esfuerzo, tuvo su recompensa, y el centro de salud se ubicó finalmente donde los vecinos pidieron.

Radioterapia. Hace no muchos años, Gijón no tenía servicio de radioterapia. La gente tenía que ir a Oviedo para seguir su tratamiento, muchas veces en horario de madrugada, cuando tenían las citas. "La gente estaba encendida, protestando, decían que no se podía seguir así, que Gijón tenía que tener radioterapia", recuerda Juventino Montes, "había muchos afectados, un tercio de los que iban a consulta eran de Gijón. Estaban todos de acuerdo: enfermos y familiares", pero no los políticos. "Decían que no se podía poner, alguno llegó a decir que, antes de que viniera la radioterapia a Gijón, dimitiría", rememora Caravera. Pero los vecinos no se quedaron de brazos cruzados. "Pedimos información a toda España, comenzamos a movilizarnos, a recoger firmas", explica. En una de esas movilizaciones fueron a Oviedo. "Éramos muchos, autobuses enteros de gente, fue una movilización muy importante", recuerda la dirigente vecinal. Tanto fue así que "a la vuelta, en el autobús, me sonó el teléfono: era Areces para decirme que me daba su palabra de que traería la radioterapia a Gijón si parábamos las manifestaciones". Y así fue, "en menos de quince días ya la teníamos aquí", explicita.

Plan de vías. Una de las luchas más añejas de la Federación es la de la integración ferroviaria en la ciudad, el conocido como plan de vías. "La ciudad estaba partida en dos por las vías y eso no podía seguir así", recuerda Tita Caravera, "valoramos cómo estaba la ciudad y qué necesitaba y vimos que era una prioridad". Para ello movilizó a sindicatos, asociaciones, comerciantes y hosteleros para crear la plataforma en defensa del plan de vías, "todo un acierto". "El proyecto llevaba años parado, no iba a ningún lado, y conseguimos ponerlo de nuevo sobre la mesa", explica Caravera. Fruto de aquel consenso tuvo lugar una gran manifestación por lo simbólico más que por el número de asistentes. En ella estaban todos los colectivos de la ciudad, desde el tejido asociativo al empresarial o político. Todos unidos pidiendo que se ejecutase un proyecto que creían clave para la ciudad. Un proyecto que, a día de hoy, sigue sin concretarse. "No soy muy optimista, desde 2000 hasta hoy no se avanzó mucho. Siempre que hay un cambio de Gobierno parece que se empieza de cero, nunca vale lo que hizo el anterior", sentencia Juventino Montes. "Ahora ya no hay vuelta atrás, hay un consenso total social y político", zanja Adrián Arias, "va a cambiar por completo el modelo de ciudad de Gijón. Y ese nuevo modelo no lo va a decidir el equipo de gobierno, lo va a hacer la sociedad civil".

Grandes retos de futuro. Una efeméride como esta obliga a mirar hacia adelante, al futuro. Ahí surgen los grandes retos de una Federación vecinal que goza de buena salud en la actualidad. Tres son los ejes principales: urbanismo e infraestructuras, medio ambiente y sociedad y demografía. "Hay que acabar de una vez el plan de vías, reducir la contaminación, tanto atmosférica como marina, y luchar contra el envejecimiento poblacional y la precariedad", coinciden los cuatro dirigentes. Y para ello, "la FAV tiene que dar un paso adelante, ser el instructor de conductas de la ciudadanía, conformar un intelectual colectivo que irradie formas de actuar a la sociedad", solicita Pepín Fernández. "Las asociaciones de vecinos tienen que liderar la lucha contra los conflictos en los barrios, como en la problemática de los robos en La Calzada. Ahí es donde tiene que dar un paso al frente y convertirse en la punta de lanza", clama Adrián Arias, que pide "ser un antídoto a lo antisocial y todo lo que suponga una pérdida de derechos". El actual presidente vecinal tiene claro que "ahora es el momento de la sociedad civil, que tiene que ser el actor clave en esta ciudad. La política institucional es sinónimo de parálisis y ante eso tiene que estar la sociedad civil con su activismo", explica. "La FAV no tiene que ponerse delante y mandar, sino saber dirigir y tomar decisiones colectivas sin subirse al altar". La fórmula para conseguir que el Gijón del futuro sea el que la sociedad decida. Como lleva la Federación de Asociaciones de Vecinos de Gijón haciendo desde hace treinta años.

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