El llanto y la incredulidad afloraron ayer en los rostros de todos los familiares y amigos de Pedro Antonio Pérez González, el joven de 31 años que murió en la noche del lunes tras sufrir un accidente de coche en la parroquia gijonesa de Granda, por causas que todavía se investigan. "Esto no se pasa a creer", lloraba ayer su hermana Adela, intentando todavía digerir la trágica e inesperada noticia del fallecimiento de una persona "alegre, risueña y cariñosa". "Tenerle en nuestras vidas fue lo mejor que nos pudo pasar y en ellas le guardaremos para siempre", acertó a decir su hermana durante el velatorio en el tanatorio Jardín de Noega.

"Se nos rompe el corazón al saber que ya no está pero recordaremos su eterna sonrisa y lo amigo de sus amigos que era; era una persona bondadosa que se había querer muy fácilmente", apuntó su prima María Jesús, también visiblemente emocionada. "Sabemos que a la noche, cuando miremos al cielo, esa estrella que brilla vas a ser tú", añadió, a modo de homenaje, su prima Ángela. De hecho, fueron muchos de sus primos los que quisieron escribir unas palabras para recordar, a través de este periódico, a Pedro Antonio Pérez González, natural de Luarca y vecino de Gijón desde hacía una década, donde trabajaba como repartidor en el Matadero Municipal, situado en Granda y a escasos metros del lugar del siniestro. "Siempre estuvo para todos, era la alegría de la casa y su marcha se va a notar; se que estará cuidándonos a todos nosotros y sonriéndonos siempre", aportó su prima Coral.

A los menajes cariñosos y emotivos se sumó también su familiar Belinda González Alonso. "Siempre tenía una sonrisa, una palabra bonita para todo el mundo y se caracterizaba por su don de gentes; todos los primos teníamos un vínculo especial y nunca le vamos a olvidar", apuntó.

Investigación del choque

La investigación para esclarecer lo ocurrido ya está en manos del juzgado. La autopsia se realizó en el Instituto de Medicina Legal y sus resultados, tal y como apuntó la familia del joven, se darán a conocer en los próximos días para así poder saber con mayor certeza el motivo por el que perdió el control de su coche hasta impactar contra un poste de la luz en la Camín de La Perdiz.

Pedro Antonio Pérez González trabajaba como repartidor en el Matadero Municipal, donde era apreciado y respetado por sus compañeros. Nació en Luarca y ya llevaba diez años en Gijón, pues su familia política sí está muy vinculada a la parroquia de Granda, donde ocurrió el accidente en la noche de este lunes en el que nadie pudo hacer nada por salvarle la vida. Sus restos mortales serán incinerados hoy en la intimidad familiar tras el funeral en Santo Tomás de Granda.