Una enfermera del servicio de Urgencias del Hospital de Cabueñes resultó agredida por una de sus pacientes, otra mujer de 50 años, cuando trató de ayudarla a levantarse del suelo. La agresora, que había acudido al centro hospitalario en estado de gran nerviosismo, le propinó una fuerte bofetada en la cara a la enfermera y la zarandeó con violencia. Luego, acabó detenida por la Policía Nacional como presunta responsable de un delito de atentado, como así está tipificada toda agresión contra el personal sanitario desde el año 2015.

La paciente violenta había acudido a Urgencias a principios de semana "muy alterada, insultando a todos los sanitarios y con pocas ganas de colaborar a las indicaciones del personal especializado", según describen fuentes policiales. Ese nerviosismo provocó que se cayese de la cama en la que estaba siendo tratada en un box. Fueron varias las enfermeras que se acercaron para ayudarla e intentar levantarla del suelo. Fue ahí, en ese momento, cuando esta mujer de cincuenta años aprovechó para agredir a una de las trabajadoras.

La detenida le dio una fuerte bofetada en la cara antes de agarrarla por su uniforme y comenzar a zarandearla con vehemencia. Tanta fuerza empleó que la enfermera tuvo que ser ayudada por varios de sus compañeros, que lograron separarla. Tras la agresión, la enfermera sufrió un edema en el labio y una contusión en el pómulo por lo que tuvo que ser atendida. Finalmente, se procedió a la detención de la mujer, que había acudido al hospital por una patología leve. Una vez diagnosticada y prescrito su tratamiento fue trasladada por los agentes hasta dependencias policiales para interrogarla antes de pasar a disposición judicial. Ahora se enfrenta a un delito de atentado.

Interlocutor sanitario

Tras la reforma del Código Penal en 2015, cuando las agresiones contra el personal sanitario comenzaron a estar tipificadas como un delito de atentado, la Policía Nacional apostó por crear la figura del Interlocutor Policial Sanitario para tratar de frenar este tipo de agresiones que no han parado de crecer en los últimos años en toda España.

Esta nueva tarea policial -unos 60 agentes desarrollan la función en todo el país- comenzó en 2017. "Es el encargado de establecer cauces de comunicación con los centros sanitarios, reforzar los contactos con las organizaciones profesionales para atender a sus preocupaciones y tratar de detectar los lugares con más problemáticas o las áreas de trabajo más afectadas", detallan fuentes policiales, que advierten que este tipo de agresiones no han dejado de crecer en los últimos años. De hecho, el pasado año hubo 322 profesionales del sector que fueron víctimas de diferentes delitos. Más de la mitad, en concreto el 54,96%, fueron mujeres las víctimas de sus pacientes. No obstante, la Policía Nacional logró esclarecer el cien por cien de estos episodios violentos.

Además, el Interlocutor Policial Sanitario tiene como objetivo garantizar una atención personalizada a los profesionales que sufran violencia o amenazas en el desempeño de su labor y explicarle las pautas de actuación y los cauces administrativos para interponer las denuncias con las que frenar la impunidad de los violentos.