En Córdoba y ante el colista de la categoría (sin contar ya al defenestrado Reus), el Sporting de José Alberto logró por fin encadenar su tercera victoria consecutiva en lo que va de temporada, y de paso, acabar con esa especie de maleficio que parecía perseguirle en los últimos dos años, en los que nunca había sido capaz de remontar un marcador en contra.

Cierto que de nuevo el juego no fue como para lanzar las campanas al vuelo, pero como el propio entrenador reconoció en la rueda de prensa posterior al partido, si el resultado es casi siempre lo único que a la postre importa en este deporte (en todos, en realidad), mucho más aún cuando éste se produce a estas alturas de la competición.

De este modo, tras conseguir sumar de nuevo los tres puntos, el Sporting ve cómo las distancias con los puestos de playoff ya no son lo que eran hace menos de un mes. El discurso del "partido a partido" sigue siendo el que se quiere mantener, como es lógico. Pero la realidad es que si ese "partido a partido" se traduce en "victoria a victoria", como en las últimas tres jornadas, todo puede ser posible.

El Sporting saltó al césped del Nuevo Arcángel repitiendo once con respecto al que venciera en la última jornada en casa al Almería. A pesar de recuperar a Cristian, José Alberto optó por dar continuidad al eje central formado por Cofie y Nacho Méndez.

Los primeros minutos fueron de dominio local en lo que a posesión de balón se refiere, con un Sporting al que parecía costarle entrar en el partido, con costantes pérdidas cada vez que recuperaba la pelota.

No obstante pudo adelantarse el conjunto rojiblanco, de acertar Djurdjevic en un remate pasado el minuto 17 y al que supo responder con acierto el cancerbero local.

Fue sin embargo el Córdoba quien golpeó primero, cuando se cumplía la media hora de juego. Un centro medido al área sirvió para que Carrillo se anticipara en aparente fuera de juego a la zaga sportinguista, para mandar con un soberano testarazo el balón al fondo de la red, sin ninguna posibilidad de reacción para Mariño.

Mal pintaba la cosa para los de José Alberto, sobre todo teniendo en cuenta los antecedentes del equipo, cada vez que le había tocado tener que remar a contracorriente. Pero tras unos primeros momentos de ligero desconcierto, el Sporting pareció despertar del letargo en el que llevaba inmerso buena parte del primer periodo.

De una de esas acciones de ataque, cuando transcurría el minuto 38, el Sporting obtuvo como recompensa un saque de esquina. Fue Carmona el encargado como siempre de ejecutarlo, quedando el balón muerto a los pies de Peyrbenes tras un rechace en el borde del área pequeña, quien cual delantero centro improvisado, supo revolverse con rapidez y soltura para lograr el empate.

Con ese resultado de tablas en el marcador se llegó al descanso y con la sensación de que a poco que el Sporting apretara a su rival, tenía serias opciones de volverse con los tres puntos para casa. Faltaba sobre todo creérselo.

La segunda parte comenzó más o menos con la misma dinámica como se había concluido la primera, con un Córdoba que quería hacerse con la posesión de la pelota (acabó de hecho el partido acumulando un 65% de la misma), pero sin inquietar tampoco en exceso la meta defendida por Mariño.

De nuevo Uros pudo poner en ventaja al Sporting en el minuto 58, tras un muy buen centro de Alegría, pero al que el balcánico no supo responder como merecía tal asistencia. Su remate de cabeza, se encontró con el cuerpo del portero, que se limitó a cubrir puerta.

Diez minutos después llegaron los dos primeros cambios del Sporting. Sorprendió que uno de los que se retiraran al banquillo fuese Aitor, uno de los más activos en ataque. Le acompañó un Nacho Méndez amonestado, siendo Cristian e Ivi López los dos jugadores elegidos por José Alberto para darle frescura al equipo.

Poco después el Córdoba metió el miedo en el cuerpo a los sportinguistas, con un disparo de Aguado desde media distancia, que se fue fuera por poco. Como respuesta, Carmona probó también suerte desde fuera del área. El mallorquín parecía sentirse más a gusto conforme pasaban los minutos.

José Alberto agotó los cambios en el minuto 79, con Pablo Pérez sustituyendo al peleón pero desafortunado Uros. Tan solo un minuto después, de una falta lateral colgada al área, fue el propio Pablo quien prolongó el centro, para que a su vez Alegría la dejase a Carmona, quien llegando de cara, no le hizo ascos a semejante dulce. Balón a la red y el Sporting que se ponía por delante con menos de diez minutos para la conclusión del encuentro.

Como era de esperar, el Córdoba se echó con todo adelante en busca del empate, mientras que el Sporting juntó aún más sus líneas atrás, a la espera de una contra con la que matar definitivamente el partido. Ni lo uno ni lo otro se produjo.

Tres puntos en definitiva, que sumados a los seis anteriores, sirven para que el Sporting y el sportinguismo miren con otra cara el partido que se avecina el próximo domingo. Pero lo cierto es que da igual el rival. El equipo necesita seguir sumando como lo ha hecho en estas últimas jornadas, si quiere mantener aún viva la llama de la esperanza. "Partido a partido", sí. Pero mucho mejor si es "victoria a victoria".

Post Scriptum: no le van igual de bien las cosas al filial y la situación, jornada tras jornada, no hace sino empeorar. Los nombres están ya puestos sobre la mesa y sólo hace falta tomar la decisión. Hoy mejor que mañana.