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Foro de Empleo de la Universidad

Cuatro "influencers" asturianas confiesan su día a día en las redes: "Es muy estresante"

Trabajar desde casa y su potencial empresarial, las mayores ventajas; las dificultades, la falta de tiempo y la continua sobreexposición al público

Un momento de la tertulia. Marcos León

Vivir de las redes sociales es posible. Así lo demuestran cuatro de nuestras "influencers" más conocidas, Isabel Llano (@isasaweis), Carmen Osorio (@nosoyundramama), María Barcia (@mariafashionlook) y María García (@callejeandoporelmundo), que cuentan con decenas de miles de seguidores en sus perfiles y han sabido sacar negocio de ello. Sobre ello charlaron ayer en el Foro de Empleo de la Universidad de Oviedo, donde derribaron algunos de los mitos que rodean esta nueva profesión y subrayaron las dificultades que conlleva.

La gijonesa Isabel Llano, más conocida como "Isasaweis", es la veterana en las redes sociales, que empezó usando de forma ocasional hace diez años. "Un día subí un vídeo explicando cómo se hacía un moño con calcetín, gustó mucho, hice más y a las pocas semanas me llamaron de la tele", relató la gijonesa, que es ingeniera informática y dejó su plaza como profesora en un instituto de la ciudad para dedicarse a lo que le apasionaba. Hoy da consejos sobre cocina, belleza, maquillaje y nutrición en su blog, tienen un libro de recetas fáciles y acumula más de 300.000 seguidores. "Creo que la clave para tener éxito no es saber mucho de algo, si no saber transmitirlo. Hoy en día hay miles de blogueras que te enseñan a hacerte una trenza en internet, pero hay gente que dice 'Quiero que me lo enseñe Isa'", relata.

Los comienzos de María Barcia, por otra parte, fueron más amargos. "De repente me sobrevino una enfermedad bastante grave, me quedé sin trabajo, separada y con dos hijos. Me puse a buscar algo que hacer y descubrí las redes sociales", explicó la ovetense, que comparte estilismos y tendencias de moda en su cuenta de Instagram "Mariafashionlook", es asesora de imagen, "personal shopper", y cuenta con 86.000 seguidores.

En las historias de estas cuatro mujeres, colaborar con diferentes marcas comerciales marcó un antes y un después en su carrera y les ayudó a poder vivir de las redes sociales. "Llega un momento en el que tienes que decidir a qué quieres dedicar tu tiempo. Yo era periodista y madre, y no me daba la vida para compaginarlo con mi faceta 'influencer'", señaló la gijonesa Carmen Osorio, que aseguró que, cada día, "dedica una media de tres horas sólo en responder a los mensajes que le envían sus fans".

Osorio es autora de un blog sobre maternidad y del libro "Mamá sin dramas" y tiene 81.000 seguidores en su cuenta de Instagram. Muchos de ellos la conocieron cuando se enfrentó a uno de los golpes más duros de su vida: dar a luz a una niña cuyo corazón había dejado de latir pocas horas antes del parto. La gijonesa lo afrontó con valentía y relató su experiencia a través de las redes, lo que animó a muchas otras mujeres a contar "una realidad silenciada", según la define la bloguera.

A María García, licenciada en Químicas y creadora del blog "Callejeando por el mundo", le costó mucho decidir entre su trabajo y su pasión, pero al final la balanza se acabó inclinando por lo segundo. "Trabajaba doce horas como química y el resto del tiempo lo invertía en mi blog. Tanto estrés acabó provocando que sufriera un accidente de tráfico muy gordo, y me di cuenta de que debía replantearme la vida", explicó. Esta ovetense empezó a relatar sus aventuras por Vietnam, Tailandia, Estados Unidos, Uganda y un sinfín de destinos "para que su marido, Rubén, recordase con el tiempo sus viajes juntos". Con su esposo creó más tarde su propia agencia de viajes, con la que, además de la organización, se encargan de dotar al cliente con una guía de información práctica.

"Para dedicarte a esto tiene que gustarte mucho", afirmó Isabel Llano, que animó a todos los presentes a sacarle provecho a las redes sociales. "Creo que todo el mundo puede triunfar. Un blog no deja de ser un diario personal, y cada persona es única, lo importante es saber llegar al público", aseguró. "Es una profesión muy agradecida y muy gratificante", añadió.

Desgraciadamente, no todo es color de rosa. El estrés y la sobreexposición son los dos males más habituales en esta nueva profesión, según coincidieron en señalar las cuatro blogueras. "Sólo enseño una parte muy pequeña de todo lo que hago. No todo es tan bonito como parece, este trabajo requiere una dedicación de 24 horas y muchas veces no desconecto. No he trabajado tanto en mi vida", explicó Llano.

Osorio, por su parte, critica "el clima de crispación" que se genera muchas veces en torno a las "influencers", y que desemboca en "críticas e insultos que se producen de forma anónima y por parte de gente que no te conoce". "Las redes nos han hecho perder la educación", añadió. Una opinión que comparte "Isasaweis", que reconoció que "es normal que a la gente le chirríe vernos todo el día en fiestas, cenas y demás, pero la realidad es muy diferente de lo que enseñamos".

Las ventajas de las redes, la multifuncionalidad y que favorecen la conciliación laboral. "Siempre digo que te puedes apoyar en las redes para expandir cualquier negocio, ya sea una tienda, un restaurante o un bufete de abogados. Incluso si eres artista o escritor", aseguró Llano. "Tengo una amiga que tiene una tienda de zapatos en León y, gracias a Instagram, ahora vende su producto fuera de su ciudad", añadió.

A Osorio las redes le han posibilitado trabajar desde casa y ser su propia jefa, "lo que te permite organizarte como quieras y pasar más tiempo con los tuyos".

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