Guillem Vilella Falgueras (Barcelona, 1974), más conocido en el mundo musical como "Guille Milkyway", llevaba mucho tiempo esperando que el día de ayer llegase. Tras ocho años sin publicar disco con su grupo, "La Casa Azul", el catalán lanzó por fin un esperado trabajo: "La gran esfera". En una charla telefónica con este periódico el músico reconoce que el lanzamiento del disco ha sido "como quitarse un gran peso de encima" y anuncia que en los próximos meses publicará varios sencillos que se quedaron fuera del trabajo "por falta de coherencia temática". Dará un concierto en Gijón junto al grupo "Morgan" el día 6 de abril, en la Plaza Mayor, a las 21.00 horas.
- Recién publicado el nuevo disco, sorprende ver a algunos fans tan emocionados. Creía que un grupo indie no despertaba ese tipo de pasiones.
-(Ríe) Pues es que yo creo que casi es al revés. El "megafan" de un grupo pequeño que no proviene de un ámbito mainstream y conocido lo es con aún más fuerza. Siente como una relación especial con el artista. Por eso cuando un grupo más pequeño de golpe gana un montón de audiencia muchos fans sienten que les han quitado algo que era suyo. Tras ocho años sin disco entiendo que muchos vean motivos de celebración. Y yo estoy encantado con eso.
- Desde su colaboración en Operación Triunfo, ¿teme que pueda pasar algo así con "La Casa Azul"?
-Pues es que a lo largo de nuestra carrera la evolución en cuanto a notoriedad ha sido muy natural. Llevamos haciendo esto veinte años; es normal que el público cambie. Cuando me meto a hacer cosas que tienen un lado más mediático me intento desligar del grupo, así que la mayoría de la gente que me veía dando clases en la academia de Operación Triunfo no saben que soy el cantante de "La Casa Azul". Y eso está bien.
- Muchos de los seguidores tampoco sabrán que uno de los temas que cantaron los triunfitos, "La revolución sexual", es del grupo.
-Claro, y es verdad, muchos no lo saben. Es un alivio; hace pueda seguir haciendo cosas por mi cuenta y con el grupo a la vez, pero por separado.
- Después de ocho años de espera, "La gran esfera" por fin ha visto la luz. ¿Está más aliviado usted o sus seguidores?
-Más aliviado que yo dudo que lo esté nadie... (Ríe). Ha sido un proceso muy largo y por causas ajenas a mi voluntad. Quiero decir, no han sido causas artísticas, sino más bien motivos personales y de salud, y sin yo quererlo la expectativa se ha ido inflando como una bola. Eso me crea mucha incomodidad porque al final yo lo que hago son canciones; aquí nadie salva vidas.
- De todas formas, antes ya de publicar ya se refería a este trabajo como "un disco de transición". ¿Pasó factura tanta espera?
-Sí, bueno, es que el tiempo fue pasando y tuve dudas. Tuve que decidir si iba a lanzar un disco con canciones recientes o recuperar los temas de hace seis o siete años. Opté por lo segundo, por eso me parece un disco de transición; engloba un trabajo de muchos años. Eso sí, en los últimos meses de trabajo intenté pulir mucho el sonido para que tuviese coherencia.
- No se nota demasiado esa mezcla de canciones antiguas y nuevas; el disco cuenta una única historia. ¿Tal vez es porque sólo tiene diez tema?
-Eso también fue una decisión consciente y me alegra que lo digas porque hasta con eso tuve dudas. El disco, a nivel conceptual, no varía mucho: es una narración a cámara lenta de una historia y de la debacle de las relaciones de larga duración. Lo positivo de que haya pasado tanto tiempo es que la historia es más completa.
- Así que "La gran esfera" tal vez envejezca mejor que otros trabajos.
-Pues es muy probable, también lo pensé. Me agobiaba estos años porque veía que pasaba el tiempo y yo seguía sin sacar nada; creía que me cansaría de algunas canciones. Al final pasó lo que dices, que le di tantas vueltas que ahora me parece natural escucharlo. Jamás escucho mi música y este disco ya lo he puesto un par de veces en el coche.
- El 6 de abril bien a Gijón con "Morgan".
-Sí, aunque hay gente que cree que el público de ambos grupos es muy distinto. Ese es el gran error de la música: creer que a cada tipo de público sólo se interesa por un estilo concreto. Es raro que cualquier persona que aprecie un poco la música no se sienta atraído por "Morgan"; es una pasada. Y en Gijón siento que hace muchísimo que no toco, algo que me extraña porque Asturias es muy interesante musicalmente. He ido más veces de visita que a tocar; el pianista del grupo vive en Gijón desde hace muchos años. Tengo ganas de volver.
