El mundo asturiano de la automoción está de luto. La vida de José Antonio Suárez Díaz Morís, popularmente conocido como "Toto el de Morís", que fue jefe de ventas del concesionario Asturdiesel, en Oviedo, se apagó ayer a los 87 años en el HUCA, donde permanecía ingresado desde hace veinte días por un proceso infeccioso. "Era un hombre extraordinario que jamás habló mal de nadie", comentaban ayer desde el entorno de un hombre que compaginó durante décadas su buen hacer profesional con su afición por la cocina.

"Toto" llegó a ser una celebridad en casi todos los rincones de la Asturias rural. Fue pionero en introducir el Land Rover Santana en un mercado que por aquel entonces era muy distinto al actual. "El único pueblo en el que no me conocen es Camarmeña y porque no tenían carretera", solía recordar cuando le preguntaban por sus visitas a los diferentes rincones de la región para llevar los modelos vendidos a unos clientes generalmente encantados por su carácter servicial y trato cercano.

Nacido en Gijón, pixueto por vínculos familiares y ovetense de adopción desde hace aproximadamente medio siglo, antes de alcanzar su auge profesional en el mundo del automóvil en la capital asturiana tocó muchos palos. Su vida laboral comenzó en El Áncora, una empresa familiar de efectos navales instalada en el muelle. Más tarde probó suerte en el mundo del transporte con Ramón Puchades, pero finalmente decidió, de la mano de Diego Antonio Rovés, dedicarse de lleno a la venta de Land Rover en su tienda ovetense.

Su otra gran afición, coches aparte, era la cocina. "Compaginaba el trabajo con los fogones hasta el punto de que invitaban frecuentemente a sus clientes a comer y cuantos más vinieran más feliz estaba", explica el nefrólogo y yerno del fallecido, Francisco Fernández Vega sobre un hobby que le llevó a formar parte de conocidas peñas gastronómicas, como "La Gandallona" y "Landecha", en Gijón, o "Las 2 menos 20", colectivo de Oviedo en el que además de participar contribuyó decisivamente a su fundación.

Sin embargo, la gran pasión de "Toto" era su familia. Su matrimonio con María del Rosario Martínez Gordo, ya fallecida, resultó fructífero, pues tuvieron seis hijos: Álvaro, Ángela, José Antonio, Ana, Alejandro y Águeda. Aunque los quería a todos, la última era su favorita y a ella se dedicó en cuerpo y alma hasta que su salud, progresivamente deteriorada desde hace cuatro años, se lo permitió.

El clan de "Toto" lo completa su única nieta, la médica en Cantabria Laura Fernández-Vega, y sus hijos políticos Celia Pinto, José Enrique Palou, Irene López y el ya mencionado Francisco Fernández Vega.

La capilla ardiente está instalada en el tanatorio de Cabueñes y el funeral tendrá lugar hoy, a partir de las cinco y media de la tarde, en la parroquia gijonesa de San José.