El Día Internacional del Teatro se merecía una celebración por todo lo alto. Por ello, los alumnos de la Escuela de Arte Dramático del Principado (ESAD) recibieron la visita del actor José Antonio Lobato, una de las caras más conocidas de la escena asturiana. "Qué suerte tenéis de tener una escuela donde estudiar. Cuando yo empecé, Asturias era un páramo teatral. Actuábamos donde podíamos, en polideportivos y hasta en cuadras de ganado", señaló.

Lobato (Soto de Rey, 1956) fue uno de los fundadores en el año 1977 de la compañía Teatro Margen. Estudió arte dramático en Córdoba y no tardó en formar, junto a otros intérpretes de la región, su propia compañía, con la que hacían teatro "desde Asturias para el mundo". Cuarenta años después, él y Alfonso Aguirre son los únicos dos miembros fijos que quedan.

Sus inicios fueron duros. "Aprendíamos de manera autodidacta, veíamos y copiábamos a los maestros. No teníamos equipo, todo lo hacíamos nosotros: diseñábamos y elaborábamos las escenografías y el espacio lumínico", recordó. Respecto al contenido, "hacíamos un poco de todo, pero, sobre todo, obras con mensaje, alejándonos de la alta comedia", explicó el asturiano, que recuerda con especial cariño la adaptación teatral que hicieron de "El viaje a ninguna parte", de Fernando Fernán Gómez.

De las obras recientes destaca "La Celestina", de 2003, en la que interpretaba a la propia Celestina, que, pese a ser un personaje femenino, no le costó representar "por lo bien que estaba escrito el texto de Fernando de Rojas". El papel más difícil, confesó, fue el de "La noche que no llegó el viento", del asturiano Javier Villanueva, en el que hubo de dar vida a un ciego sin brazos. "Eso no era lo peor, sino que el tipo era un dictador. Éticamente fue difícil ponerme en su piel", indicó.

Lobato animó a los futuros intérpretes a "trabajar muy duro, porque el teatro, aunque requiere talento, es, sobre todo, trabajo y repetición". Sobre la situación actual, reconoció que el teatro "vive un momento complicado por la regresión de las políticas". "Vivimos unos días en los que todo se banaliza. Tenéis que huir de esta corriente y buscarle al teatro un sentido", apuntó.

Momentos antes del encuentro con el actor, los alumnos de la ESAD leyeron el manifiesto del Día Mundial del Teatro redactado por el dramaturgo cubano Carlos Celdrán, quien celebra un oficio que "en la mayor precariedad, regala instantes de verdad efímera, que refleja lo más profundo de nosotros".

Plan estratégico

En el marco del Día Mundial del Teatro, en Gijón se han iniciado los trabajos de elaboración del Plan Estratégico de las Artes Escénicas de Gijón, una iniciativa impulsada desde el Ayuntamiento a petición de EscenAsturias. Este martes se celebró el primer plenario con los colectivos y agentes culturales que participarán en su elaboración. La previsión es contar, para el mes de julio, con un primer borrador de diagnóstico y propuestas que sirvan de base para elaborar el documento definitivo.