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INÉS PARÍS | Guionista y directora, lucha por la igualdad de la mujer en el cine

"No me creo a 'Wonder Woman': es guapa, fuerte, y hasta saca tiempo para el hogar"

"La ley debe exigir la paridad en los órganos directivos; un país no puede permitirse formar a mujeres para que luego no ocupen altos cargos"

Inés París, ayer, en el Antiguo Instituto. ÁNGEL GONZÁLEZ

Inés París (Madrid, 1963) es el prototipo de mujer empoderada. Es guionista y directora de cine, y en 2017 se convirtió en la primera mujer en dirigir la Fundación SGAE. Desde el año 2006 lucha por la igualdad en los sets de rodaje desde la Asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales (CIMA), de la que fue fundadora y presidenta. Ayer compartió su experiencia en clave feminista en el Antiguo Instituto.

- ¿Cuál es la función de la CIMA?

- La asociación nació en torno al año 2002 y la fundamos un grupo de directoras, entre las que estaban Isabel Coixet, Iciar Bollain, Elena Taberna y Chus Gutiérrez. Lo creamos porque nos parecía que éramos muy pocas mujeres en los puestos directivos del cine: guion, dirección y producción, que es donde se decide qué se cuenta y cómo. Encargamos un estudio y dimos con datos peores de lo que pensábamos: vestuario y peluquería eran los únicos departamentos donde había más mujeres que hombres, sólo un 7% se dedicaban a dirigir y un 12% a producir. Y esto no era lo más preocupante. Esta situación condicionaba los contenidos que luego se ofrecían al público, dando una visión parcial.

- ¿En qué se ve?

- En primer lugar, en que las películas tradicionalmente están protagonizadas por hombres. Las mujeres aparecen de fondo, y siempre orientadas hacia el hombre, a conquistarle o cuidarle. Cuando la mujer es protagonista, hay que tener cuidado con que no sólo respondan a fantasías masculinas. Yo no me creo ni a "Wonder Woman", es demasiado guapa, sensual, poderosa, y todavía tiene tiempo para cuidar del hogar. Por otra parte, la crítica de cine Pilar Aguilar escribía en el libro "Cine y género" que, hace años, cuando en las películas había situaciones de violencia de género, muchos lo veían con complacencia.

- ¿Como directora también ha vivido esta discriminación?

-No, cuando una mujer está en un set, su capacidad es más que evidente y ahí no es tan problemático. El problema es llegar hasta ahí: la discriminación está en el acceso. Es difícil que te valoren cuando te sientas delante de un grupo de productores en el que todos son hombres. El techo de cristal existe, y, en el mundo de la cultura, que debería ser progresista, más.

- ¿Por qué es tan difícil acceder a los puestos directivos en el cine?

-El país donde hay más mujeres dirigiendo es Nigeria y donde menos Estados Unidos. La relación que se da entre mujeres y cine es inversamente proporcional a que el cine sea un centro de poder económico e ideológico. Son muchas razones y muy complejas: influye la cultura patriarcal occidental y que existen mecanismos muy peculiares para expulsar mujeres. Hay situaciones muy concretas en el medio conseguir que desde el Estado se apoyen los proyectos liderados con mujeres.

- ¿Es partidaria de que la ley exija paridad en los órganos directivos de las empresas?

-Sí. Me parece totalmente fundamental. Es fácil entenderlo con este relato. Imaginemos un pueblo en el que el reparto de las tierras se hace a través de una carrera. Las niñas nacen con una mochila invisible que pesa mogollón y les cuesta más llegar. La única forma para asegurar la igualdad es forzar a que las mujeres puedan entrar. Y ya en unos años no será necesario. Además, económicamente un país no puede permitirse gastar en formar a mujeres para que luego no lleguen a puestos directivos.

- En 2001 codirigió una película que hablaba sobre una mujer de 50 años que se enamoraba de otra mujer. ¿Chocó por aquel entonces?

-Nos costó muchísimo convencer a los productores de que la realizasen. La vendimos como una comedia, que es lo que era, y el productor nos dijo que parecía un drama espantoso. Quizás pensaba que su propia mujer le haría lo mismo. Luego resulta que fue gloriosa y se vio en todo el mundo. Aquí la proyectaron cuando se legalizó el matrimonio gay.

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