Un mes antes de la revisión que tenía fechada, tras seis meses de tratamiento, le llegó un aviso de que se anulaba. Eso fue el pasado 16 de octubre y hoy, otros cinco meses después, sigue sin una nueva cita. Es el relato de un gijonés, José Antonio Salomón, que quiere así denunciar la "dejadez" del hospital gijonés de Jove del que, llega a decir, "no es tan bonito como lo pintan".

Los problemas de Salomón surgieron tiempo antes. Este prejubilado asegura sufrir de las cervicales y las lumbares. Nada similar a lo que le comenzó a ocurrir. "Me caía por la calle porque, de repente, dejaba de sentir una pierna", resume. Con esta sintomatología acudió al hospital de Jove, el que le corresponde por cercanía -vive en la zona oeste- y allí comenzaron a hacerle pruebas. "Me hicieron una resonancia y me dijeron, gracias a Dios, que no tenía nada en la cabeza", recuerda el afectado. Pero, tras estas exploraciones, "el médico no consiguió dar con el diagnóstico, aún no saben lo que tengo".

Aún así le recetó una medicación que, en una consulta posterior le retiró dándole cita para seis meses más tarde revisar los avances. Una consulta que, casi un año después, aún no se ha producido, según denuncia Salomón. Después de enviarle una notificación para informarle del cambio de fecha, en posteriores conversaciones telefónicas con el centro le aseguraron "que me llamarían en febrero, porque tienen que dar prioridad a las revisiones a corto plazo". Una llamada que, nuevamente, nunca llegó.

No quedan ahí sus problemas. Después de dejar la medicación, los síntomas volvieron. Y, con ellos, las caídas. En una de ellas, Salomón asegura que se dañó un tendón del tobillo. El paciente recuerda cómo son esos episodios, pero no sabe por qué suceden. "No siento la pierna y, de repente, estoy en el suelo", relata.

Con todo, y viendo que la situación no mejoraba sino que, por el contrario, iba a peor, el afectado decidió volver a tomar la medicación. "Me dijeron que si volvía a estar igual, que la volviese a tomar", asevera, "desde que la tomo ya no me volvió a pasar".

Una solución que, entiende Salomón, no es suficiente. "Estoy automedicándome a ciegas", se queja el paciente, "no tienen ni siquiera diagnóstico, no saben qué me pasa". Por ello, solicita vehementemente que le den cita para realizar esa revisión "para que me miren, me traten y me den una solución, un tratamiento controlado, no como ahora, que lo tomo sin supervisión ninguna", enfatiza. "Lo peor", concluye Salomón, "es que seguro que, como yo, hay muchos".