¿Tiene cabida la construcción de una central termoeléctrica de casi 50 megavatios en un área reservada para actividades logísticas? De la respuesta que el Principado, la Zalia y el propio promotor den a esta cuestión, dependerá en gran medida que fructifique la implantación de la primera empresa en la zona logística de San Andrés de los Tacones. Se trata del proyecto del grupo gallego Greenalia, interesado en adquirir 80.000 metros cuadrados para construir una planta de biomasa de 49,91 megavatios, con una inversión de 70 millones de euros. El Ayuntamiento, de momento, no ha encontrado una justificación a que un proyecto de esa naturaleza tenga cabida en la zona logística.

La idea aún está en mantillas. Greenalia aseguró ayer que tanto su proyecto para la Zalia, como los que también propone implantar en Villaviciosa de 15,4 megavatios de capacidad y en La Espina, con la misma potencia, "a día de hoy no son viables sin que salga una subasta del gobierno que nos conceda una retribución" como la que han obtenido para la planta de biomasa que el grupo está construyendo en Galicia. Con sus 49,91 megavatios, el proyecto de la Zalia sería el mayor de Asturias, superando a la planta de 37 megavatios de Navia, en la que Ence quema 380.000 toneladas de restos forestales al año.

De momento, el grupo gallego solicitó el pasado 26 de febrero la compatibilidad urbanística de su proyecto en un suelo desarrollado en teoría para empresas con actividad logística. La decisión final le corresponderá al Ayuntamiento de Gijón, que ha pedido su parecer a la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA). El Principado ya ha recibido la información, y el consejero de infraestructuras, Fernando Lastra, indicó el miércoles que la CUOTA tramitará "con cierta rapidez" la consulta municipal. La Zalia y Greenalia también podrán ofrecer argumentos para justificar que la zona logística albergue una central termoeléctrica de 49,91 megavatios. De lo contrario, el proyecto no podrá seguir adelante.

La Zalia tiene interés en que se materialice la venta, que contribuiría a mermar su abultada deuda y supondría la primera implantación de una empresa. De hecho, personas vinculadas a la zona logística han acompañado a Greenalia en sus gestiones. La cercanía de la Zalia a El Musel podría ser una ventaja si la madera se importara, pero Greenalia destaca que el combustible que usan sus instalaciones siempre son restos de cortas efectuadas en un radio de 100 o de 150 kilómetros de cada planta. Los restos que se quemarían en Gijón serían de cortas de eucalipto y pino.

La concesión de subvenciones estatales a las energías renovables y la autorización urbanística del Ayuntamiento no son las únicas incertidumbres sobre el proyecto de Greenalia. Las carencia de una subestación eléctrica en la zona logística, por falta de fondos de la Zalia para construirla, es otro de los obstáculos. "Cualquier proyecto en ese polígono sin subestación eléctrica es inviable, no nos compete a nosotros la construcción", señalaron ayer desde el grupo gallego.

Además de constatar una realidad, el grupo gallego deja clara su postura ante la propuesta de la Zalia de que Greenalia se pudiera hacer cargo de la construcción de esa subestación eléctrica compensándolo con el precio de venta del suelo, algo que debería además de obtener el plácet de los bancos acreedores de la sociedad pública, ya que los ingresos por la venta de parcelas son una de las garantías de los más de 100 millones de deuda que tiene la Zalia con ellos.

La construcción de la subestación, además de la red de distribución, requieren de una inversión de 13,63 millones de euros que los socios de la Zalia no están dispuestos a desembolsar. En el Principado, que soporta la mayor parte de las garantías ofrecidas a los bancos a través de préstamos participativos, la Consejería de Hacienda se ha mostrado reticente a que se engrosen sus cargas para financiar la subestación.

El nuevo proyecto para la Zalia también deberá superar la tramitación medioambiental, tal como indicó el miércoles Lastra. Un nuevo obstáculo en el que entre otros aspectos se tendrá en cuenta cómo afectarían los humos de esta térmica de biomasa a la calidad del aire en una zona en la que ya se concentran grandes emisores de contaminación, como Arcelor-Mittal -que tramita la construcción de una térmica de 220 megavatios para quemar gases siderúrgicos-, la térmica de carbón en Aboño, de EDP, y la cementera de Tudela Veguín.

Los vecinos de San Andrés de los Tacones indicaron ayer que estarán "vigilantes" pero se mostraron tranquilos ante el interés de Greenalia de implantarse junto a sus casas, cuarto intento después de los tanteos de Asla, el Grupo Día y Norsider (que llegó a presentar una oferta en firme) para estrenar la Zalia.