Han sido tres años intensos, de mucha brega, así que Isabel Moro se plantea dejar la presidencia del Ateneo Jovellanos el próximo otoño, aunque los estatutos contemplan la posibilidad de que pudiera presentarse para un nuevo mandato. Afirma que se va por un cierto cansancio personal y después de cumplir los objetivos que se marcó cuando fue elegida: "Lo dejaré sin deudas, saneado".

La asamblea general que celebró ayer el Ateneo Jovellanos incluyó en su orden del día la presentación de cuentas, así como el análisis de la programación de la entidad. Pero a ninguno de los algo más de quinientos socios de la entidad se le escapa que esa decisión de Isabel Moro, la de no continuar, pone el foco del debate en la necesidad de buscar relevo. Hay tiempo. Aunque las elecciones deberían convocarse el próximo junio, la actual directiva demorará hasta el final del verano o el otoño esa cita por la acumulación de elecciones en España: generales, autonómicas, locales y europeas.

Isabel Moro, que lleva dos décadas en diferentes responsabilidades ateneístas (fue secretaria muchos años), relevó hace tres años a Álvaro Muñiz en la presidencia: "Teníamos mil doscientos euros y hoy hay veintitrés mil", explicó ayer. Y, además, ha logrado la tranquilidad para el futuro de la agrupación al ser una de las cuatro entidades con local asignado en la rehabilitada Escuela de Comercio. "La renta es asumible", añadió.

La presidenta considera que, durante su mandato, el Ateneo Jovellanos (fue fundado por Torcuato Fernández Miranda en 1953) se ha abierto aún más "a todas la ideologías" y a distintas manifestaciones culturales. Ahora impulsa una renovación.