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Universitarios gijoneses reparten agua del grifo para luchar contra el consumo de botellines

"La máquina de vending que nos han puesto dispensa todos los productos envasados en plástico, y eso es algo que no nos gusta"

Un momento de la cata de agua. MARCOS LEÓN

Los residuos plásticos se están convirtiendo en toda una plaga del siglo XXI, y un grupo de alumnos de la Escuela Politécnica de Ingeniería quieren poner freno a esta contaminación con campañas de sensibilización para reducir el uso de este tipo de envases.

Los estudiantes de la asignatura Cooperación Tecnológica para el Desarrollo y la ONG Ingeniería Sin Fronteras celebraron en la mañana de ayer una sesión informativa a pie de aula para llamar a sus compañeros a tomar conciencia de nuevos modos de consumo más racionales. "La máquina de vending que nos han puesto dispensa todos los productos envasados en plástico, y eso es algo que no nos gusta", proclaman las alumnas Germania Triana y María Morilla, dos de las encargadas de llevar adelante la campaña.

Una de las alternativas que proponen los estudiantes es la de evitar la venta de botellines de agua envasados en plásticos, toda vez que "en el campus existen varias fuentes, algunas de ellas que no funcionan, que se podrían usar perfectamente para beber porque su calidad es buena". Para ello ayer pusieron a la venta cantimploras para rellenarlas de agua y propusieron a sus compañeros una cata a ciegas con tres tipos de agua: envasada en botella de plástico, del grifo del día y del grifo reposada. El resultado fue casi unánime: "la gran mayoría de la gente señala que la peor es la embotellada", aseguran los estudiantes.

Del mismo modo, los alumnos reclaman que se instalen más contenedores para el reciclaje de envases, que suponen el mayor porcentaje de residuos que se generan en el campus. Y que se coloquen en lugares visibles, porque "si la gente tiene el contenedor a mano lo utiliza; si no, es más difícil que se moleste en buscar un cubo adecuado a cada residuo", reflexiona Germania Triana. Especialmente en "la zona de la cafetería, donde hay un cubo de recogida orgánica y las trabajadoras tienen que separar los envases a mano".

De no tomar medidas, recuerdan los futuros ingenieros, "seguirán llegando millones de plásticos a los océanos, y puede que en el año 20250 haya el mar más residuos plásticos que peces", advierten con carteles y folletos informativos que repartieron entre sus compañeros.

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