Javier Mahía Cordero, responsable territorial de Accem Asturias, afronta en los últimos tiempos las dificultades derivadas de la llegada constante de extranjeros en busca de protección internacional. El aumento de ciudadanos de Venezuela y Colombia y el retraso en la tramitación de las peticiones son las principales preocupaciones para una entidad que trabaja en Asturias desde el año 1992.
- ¿Están saturados los servicios de Accem en Asturias?
-La plazas de acogida a personas solicitantes o beneficiarias de Protección Internacional están llenas, y es una constante. No solo en los últimos meses, sino especialmente en los últimos tres años. El Sistema de Acogida de Protección Internacional es un programa con financiación estatal que la Administración Central desarrolla con sus propios servicios, en los centros de acogida a refugiados, así como a través de la financiación a distintas entidades sociales, una de ellas, Accem. El sistema de acogida está concebido de tal forma que garantice una ocupación constante para dar respuesta a la cobertura social básica a aquellas personas solicitantes y beneficiarias de protección internacional que a su llegada a España la precisen, pero la ralentización que se está sufriendo en los últimos meses en los procedimientos de solicitudes de Protección Internacional está generando un aumento en los tiempos de espera para el acceso al sistema de acogida, a las plazas en centros , acceso a ayudas temporales y específicas o incluso la gestión de alojamientos temporales de emergencia a la espera de concesión de plaza.
- ¿Podemos hablar de una llegada masiva de ciudadanos de Venezuela?
-La población venezolana siempre ha estado presente entre la población extranjera residente en Asturias. De hecho, si revisamos los padrones de años anteriores comprobamos que es una nacionalidad frecuente de la que se ha producido un aumento paulatino hasta llegar a las 1.359 personas en 2018, colocándose en el décimo puesto entre las principales nacionalidades de las personas extranjeras empadronadas en Asturias. Por otro lado es cierto que entre las personas solicitantes de Protección Internacional que se atienden desde Accem, son más numerosas las venezolanas (234 personas en 2018). Sin embargo, se observa diversidad de países, atendiendo a personas procedentes de alrededor de 40 países diferentes como Colombia, Ucrania, Siria, Rusia y El Salvador. Las personas solicitantes procedentes de estos países, excepto Siria, han aumentado en 2018 respecto al 2017, pero en el caso de Colombia este aumento es considerable, de tal manera que en 2017 se atendió a 25 personas, mientras que 2018 se registraron 120, es decir casi cinco veces más que el año anterior por la situación en su país.
- ¿Es sostenible la situación? ¿Se les puede prestar la ayuda adecuada a todos ellos?
-Se están dando varias circunstancias. Por una lado el sistema de acogida recibe cada vez más demandas de acceso y por otro, la ralentización en la posibilidad de formalizar la petición de protección internacional condiciona también el acceso a centros de acogida. Desde que una persona llega a territorio español, hasta que realiza la entrevista en la Oficina de Asilo y Refugio o en la Comisaría de Policía correspondiente, pueden transcurrir entre 4 meses y más de un año, según la comunidad autónoma donde formule su petición. Son plazos largos. Aunque la mayoría de las personas que atendemos refieren disponer de alguna persona conocida o familiar, con el tiempo esa red de apoyo no es del todo suficiente.
- ¿Cuál ha sido la evolución de las peticiones de protección?
-Indudablemente, la crisis de Venezuela ha originado una incremento del número de solicitudes de protección internacional en España. 55.668 personas solicitaron protección internacional en nuestro país en 2018, un 79 por ciento más que en 2017. El 21 por ciento del total de solicitudes correspondieron a personas menores de edad. Venezuela, con 20.015 solicitudes, es el principal país de origen de los solicitantes de protección en España.
- ¿Es una situación cíclica? ¿Se han vivido más momentos como este?
-Sí, es una situación cíclica y ya se ha vivido con anterioridad. Accem comenzó su actividad en Asturias en 1992 y desde entonces la variedad de nacionalidades y personas acogidas ha sido muy amplia: la antigua Yugoslavia, Armenia, Georgia, Cuba, Rusia, Ucrania, Costa de Marfil, Guinea Konacry, Camerún, Colombia, Siria, Irak, Afganistán, Palestina, Sahara, Pakistán, El Salvador, Guatemala... Y ahora seguimos acogiendo refugiados reubicados desde Europa o reasentados desde Jordania, Líbano o Turquía, fundamentalmente nacionales sirios, irakíes o de República Centro africana. A mediados de la década del 2000 se vivió una de las mayores crisis humanitarias en países de africana subsahariana. Los que sobrevivieron a la muerte en el Mediterráneo, accedían temporalmente a centros de acogida improvisados en un primer momento y que luego se estabilizaron a través del Fondo de Inmigración. Gracias a estos fondos, ayuntamientos y gobiernos regionales pudieron organizar servicios específicos y apoyo a la integración de las personas inmigrantes.
- ¿Y es suficiente?
-Desde Accem creemos que deben habilitarse vías seguras y legales para las personas refugiadas y migrantes. Esa será la única forma de luchar contra las mafias que se enriquecen con el negocio del tráfico de seres humanos. Pero será, sobre todo, la única manera de recuperar la dignidad y ofrecer una respuesta desde la justicia, la solidaridad y la humanidad.
